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QUÉ ES EL MACHISMO: ESTEREOTIPOS, PATRIARCADO Y MUJERES COLONIZADAS

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El patriarcado tiene sexo, es masculino y es bajo esa mirada que se organizan las diferentes sociedades en el mundo. Mientras tanto el machismo como su expresión extrema surge del sistema de creencias, actitudes y conductas que recrean el poder, la dominación masculina y la subordinación femenina. Machismo son esas conductas, mensajes y acciones cotidianas que ubican a los varones en una situación de supremacía en relaciones a las mujeres y otras personas feminizadas por el patriarcado. El estereotipo de varón machista es occidental, blanco, heterosexual y propietario, condiciones básicas en el imaginario social para expresar y ejercer poder.

Cada día es más claro para la sociedad que son las mujeres las que lideran la lucha antipatriarcal porque son las que sufren la asimetría socio-económica-cultural a la vez que sus necesidades tienen poca o nula respuesta de las instituciones republicanas de los Estados de toda América.
El movimiento de mujeres viene diciendo NO y ese NO suena y resuena cada vez más fuerte, lo que produce la contraofensiva de los macho-activistas, ya sea en Argentina o en cualquier país donde las mujeres conquistan y fortalecen derechos e irrumpen en el espacio público, lugar donde hasta hace un tiempo los machos circulaban impunemente.

A muchos varones es inútil explicarles que los derechos de las mujeres nunca pueden perjudicarlos porque ellos con su mentalidad machista evalúan como perjudicial la pérdida de sus históricos privilegios. Ese colectivo machista está conformado por los hombres que tratan consciente y activamente de sostener, cualquiera sea el costo que les imponga el patriarcado, la dominación masculina y la subordinación de las mujeres. Cuentan con el acompañamiento de esas mujeres colonizadas por el patriarcado, que gozan por extensión de los privilegios masculinos y que tienen palabras descalificatorias hacia la lucha de sus congéneres.

Quienes integran esos grupos machistas van desde los que con aire de ingenuidad afirman y preguntan “A ellas no se las entiende, ¿y ahora que quieren?”; o los “humoristas” que con poca inteligencia solo relatan chistes sexistas, homófobos, racistas y clasistas; o los macho-explicadores que aconsejan a las mujeres ”pará chiquita, yo te voy explicar lo que es la vida”, o intentan decirle a las feministas cómo deben comportarse mientras ponen cara de expertos en la liberación femenina, hasta los que ejercen violencia de género extrema contra las mujeres, golpeando, violando y asesinando.
Encontramos también a los que intentan dividir a las feministas con el amplio movimiento de mujeres acusándolas de “hembristas”, “feminazis”, “feministas radicales”, “gestapo feminista”, “fanáticas feministas”, “feministas que odian a los hombres”; o aconsejan que “las feministas deben cuidar que su brazo fundamentalista no se los coma”. En general son “varoncitos” que antes no hablaban de las injusticias sufridas por las mujeres pero, desde hace un tiempo, no pierden oportunidad de intervenir. Sus afirmaciones ocultan la histórica y mundial asimetría estructural que existe en beneficio de los hombres, mientras que con sus gestos “benévolos” tratan de mostrar que quieren lo mejor para la humanidad (o sea ellos) y proponen un discurso supuestamente ético y siempre mentiroso. Queda claro que estos machos solo cambiarán o aceptarán la nueva realidad por el sostenido NO de las mujeres.

La inmensa mayoría de varones está aún muy atrás de la pacífica revolución feminista y esa lejanía mantiene la dramática realidad de la violencia hacia las mujeres y su máxima expresión, los femicidios, pues es en esa masa de hombres y de mujeres colonizadas por el patriarcado el contexto en donde se juegan las violencias contra las mujeres, niñas y niños.

También son políticamente muy fuertes los varones prostituyentes; los que alquilan cuerpos de mujeres pobres convirtiendo sus deseos de ser padres en derecho y los que con poder político y religioso impiden que las mujeres decidan sobre sus cuerpos.

En nuestra sociedad hay hombres que simpatizan con la lucha de las mujeres. Muchos profundizan esa empatía modificando creencias y conductas logrando configuraciones familiares más democráticas e igualitarias.

Fuente: Clarín - Por Enrique Stola

EL 31% DE LAS MUJERES DE EUROPA DEL ESTE HAN SUFRIDO VIOLENCIA MACHISTA

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Es la primera vez que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) investiga la violencia de género de forma sistemática en el este de Europa. El secretario general de dicha organización Thomas Greminger declaraba al respecto de un estudio publicado la semana pasada que “la violencia contra las mujeres y las jóvenes es una violación persistente de los derechos humanos”. Los resultados de la investigación ofrecen un escenario muy grave, resume el informe. En él se calcula que unas 16 millones de mujeres que viven en la zona habrían sufrido algún tipo de maltrato mientras mas de tres millones de ellas habrían sufrido además agresiones y violaciones que les provocaron heridas o embarazos no deseados.

La investigación se ha llevado a cabo en ocho países del este de Europa: Albania, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Macedonia, Serbia, Moldavia, Ucrania y Kosovo. Según los datos extraídos, hasta el 70% de las mujeres de la región habrían denunciado ser víctimas de abusos sexuales, acoso y otros tipos de violencia desde los 15 años. Es por eso que Greminger pedía mejoras las correspondientes leyes nacionales así como políticas para facilitar la protección de las mujeres.

Esta violencia estaría muy presente en el día a día de las mujeres afectadas, ya que hasta un 31% de los abusos habrían tenido lugar en los últimos 12 meses y en el 23% de los casos el agresor habría sido la propia pareja.

La OSCE reconoce que la violencia de género es “una amenaza para ambos, tanto para la mujer como para la sociedad” y su jefe aseguró que este estudio “es un paso importante para erradicar la violencia contra las mujeres”. Asimismo, se reconoce que la violencia de género es un tipo de violencia específica que puede derivarse de los conflictos bélicos.

En estos países, la acción de la justicia y del Estado parece ser nula, ya que casi tres cuartas partes de las mujeres entrevistadas no saben a dónde acudir en caso de abuso y solo el 7% contacta a la policía en el caso de ser agredida por su pareja. Sin embargo, el problema es más que conocido, ya que seis de cada diez mujeres opina que la violencia machista es muy común en su entorno; una cifra que asciende hasta el 88% de las encuestadas en Albania.

Un mayor riesgo de ser maltratadas presentan las mujeres pobres, que dependen económicamente de su pareja, así como aquellas con cargas familiares. También sufren más abusos las mujeres pertenecientes a minorías o las jóvenes. Asimismo las mujeres cuyas parejas son alcohólicos, están en paro o han luchado en conflictos armados sufren en mayor medida malos tratos en el hogar. Sin embargo, las mujeres con educación superior también tenderían a experimentar mayores niveles de violencia, en especial por parte de hombres que no son su pareja.

“En esta región continúa habiendo una creencia en la sumisión femenina, la obediencia conyugal y el silencio alrededor del fenómeno de la violencia contra las mujeres y las niñas”, explica el informe. Es decir, que las mujeres emancipadas suponen una amenaza al sistema de valores tradicional machista y por ello son objeto de más ataques.

Un 55% de las mujeres entrevistadas en Moldavia, por ejemplo, cree que “la violencia doméstica es una cuestión privada”. En el informe se calcula que unos 850.000 hombres habrían violado a sus propias parejas. Una peculiaridad, sin embargo, es que el acoso físico, es decir, la persecución, arroja una cifra en la región más baja que en el resto de la UE. Mientras en la Unión un 18% de mujeres de media aseguran haber sido acosadas, en los países del este retratados en el estudio no se pasa del 13%. El uso de las nuevas tecnologías indica un mayor índice de acoso, de ahí que las mujeres de mayor edad aseguren ser o haber sido en el pasado menos acosadas.

Para la recogida de datos se entrevistó a unas 1.500 mujeres en la primavera y el verano de 2018, haciendo uso de un método tanto cualitativo como cuantitativo. La metodología empleada ha sido la misma que la llevada a cabo en 2014 en la mayoría de países europeos, por lo que los datos son comparables. Según la OSCE la encuesta trata de completar la información que se recogió entonces, en la cual no se estudió a estos países, que en parte han pasado a ser candidatos a formar parte de la Unión.

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Fuente: El Salto - Por Carmela Negrete.

LAS VIOLACIONES EN LA ESCUELA DE MECÁNICA DE LA ARMADA ARGENTINA

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Título original: "Ellos podían hacernos los que quisieran"








“En la ESMA hubo una asimetría de poder que posibilitó todas las vejaciones que sufrimos como mujeres.” La que habla es la periodista y sobreviviente de ese centro clandestino Miriam Lewin. Lo hace ante un tribunal, en el marco de una de las tantas veces que dio testimonio por el secuestro, las torturas y las vejaciones que sufrió en ese centro clandestino. Le cuesta hablar de eso, pero sigue. Se esfuerza para que todos y todas en la sala tribunalicia entiendan que nada de lo que sufrieron ella y sus compañeras de cautiverio fue una casualidad o un exceso de algunos genocidas. “Nosotras éramos sus prisioneras y ellos podían hacer con nosotras, con nuestros cuerpos lo que quisieran. Eso fue lo que vivimos por el hecho de ser mujeres”, aseguró entonces Lewin. El extracto de su testimonio se repite en loop junto al de otras sobrevivientes de ese encierro proyectados sobre la pared de una de las salas del casino de oficiales de la ex Escuela de Mecánica de la Armada, convertida desde hace algunos años en sitio de memoria. En la pared de otra sala, aparecen y desaparecen los nombres de todas las que pasaron por allí. Y más allá, más extractos de testimonios ploteados y aunados bajo el título que le da nombre a la nueva muestra temporaria del museo: Ser mujeres en la ESMA. Testimonios para volver a mirar.

La flamante exposición se integró ayer a la permanente que habita el casino de oficiales desde que fue convertido en espacio de memoria y reflexión sobre las violaciones a los derechos humanos que allí tuvieron lugar. La titular del museo, Alejandra Naftal, la definió como “un desafío” para el espacio. “Tomamos una interpelación del presente hacia el pasado”, explicó. Y le hicieron frente a partir de un trabajo conjunto que integró a varias mujeres sobrevivientes del centro clandestino. Dos de ellas, Ana Testa y Graciela García, participaron de la inauguración y remarcaron la importancia de que el sitio hablara desde la perspectiva de género “por fin”, insistió García. 

“Es la tercera vez que piso este lugar desde que me liberaron. Me transpiran las manos”, contó la Negrita, que fue secuestrada en 1976 y hasta 1982 sufrió “controles” de parte de la patota de la Armada. Fue ayer porque le pareció oportuno celebrar que “por fin” se empezaban a hablar de “cosas que son tabúes”, como los delitos sexuales cometidos en la ESMA. Minutos antes, Testa había diferenciado las vivencias de las detenidas “más antiguas” de las que, como ella, habían llegado al centro clandestino desde 1979 en adelante. García apuntó que “siempre el propósito que tuvieron fue el de destruirnos. Y nos llevó muchos años reconstruirnos. No se salvó ninguna compañera y lo que es peor, luego a muchas las mataron. Algunas supieron cómo contarlo antes de desaparecer, otras enloquecieron”, sostuvo. Las primeras vejaciones que sufrían eran las de los “verdes” en Capucha, un sector en el último piso del casino de oficiales en donde se acumulaban los y las detenidos. Golpes, toqueteos, duchas sin intimidad y algunos casos de violaciones, reconstruyó.

Ella, como varias otras sobrevivientes, empezaron a relatar los abusos ante la Justicia, en los juicios. Ella, particularmente, sufrió un acoso de Antonio Pernía mientras dormía en uno de los camarotes, y abusos sistemáticos de Jorge “Tigre” Acosta, que la sacaba del centro clandestino y la llevaba a un departamento los fines de semana donde la mantenía encerrada. “Esta fue mi parte. Muchas compañeras han sufrido antes durante y después toda la gama de violencia sexual imaginable de parte de una patota de asesinos y locos que hacían lo que querían con vos y tu familia. A muchas las mataron. Otras sobrevivieron y han relatado en los juicios lo que no les habían contado ni siquiera a sus maridos. Para mí, los juicios en ese sentido fueron reparadores.” 

La apertura también contó con la asistencia de miembros del Juzgado Federal de Instrucción 12, a cargo de Sergio Torres –quien también estuvo presente–, del equipo permanente del museo, de la abogada querellante en la causa Carolina Varsky y de investigadoras, entre tantas otras colaboraciones. García señaló a Torres como el único juez en la causa ESMA que diferenció a los delitos sexuales del resto de los crímenes de lesa humanidad.

Durante el tercer juicio que se llevó a cabo por los crímenes en ese centro clandestino, la fiscalía a cargo de Mercedes Soiza Reilly insistió para que se ampliara la acusación contra los represores por delitos sexuales, sin éxito. Según cifras actualizadas de la Procuraduría especializada en delitos contra la humanidad, solo el 12 por ciento de las sentencias emitidas hasta hoy incluye este tipo de delitos. Esos fallos reúnen los casos de solo 86 víctimas y afectan a 98 represores de los más de 800 condenados.

“Los crímenes de violencia sexual fueron silenciados incluso por las propias víctimas. La Justicia durante muchísimo tiempo no dio lugar para que pudieran hablar de esto. Pero de repente algunas empezaron a hablar de todos modos, entonces empezamos a ver la sistematicidad en el delito. Descubrimos que era el plus de la violencia ejercida sobre las mujeres dentro de los campos”, mencionó ayer la fiscal, durante el recorrido por la muestra. La visibilidad de los crímenes en tanto tales, evaluó, “repercute de manera positiva en la reflexión tanto de la Justicia como de la sociedad civil sobre cómo hacemos para reparar a las víctimas del terrorismo de Estado y como hacemos para que no vuelva a ocurrir”.

Después de un año y medio de trabajo, el equipo del Museo Sitio de Memoria ESMA llegó a la exposición que se inauguró ayer. A partir de testimonios, investigaciones y libros que se preguntaron sobre el plus de violencia que sufrieron sobre sus cuerpos y espíritus las mujeres que fueron víctimas del terrorismo de Estado, se pone de relieve la perspectiva de género en la violencia institucional y genocida desplegada en ese centro clandestino, sus efectos y las estrategias para afrontarlos y, en lo posible, repararlos.

La exposición comienza en el mismo punto de partida de la exposición fija del museo con una autocrítica. Por un lado, todas las palabras que generalizan con el masculino en el texto de apertura habitual aparecen subrayadas, marcadas con un círculo y señaladas hacia “a”, “las”, “as”. Y al lado de ese texto aparece otro, nuevo, en el que se ofrece una explicación acerca del “silencio del guión museográfico acerca de la violencia sexual sobre las mujeres”. Allí, el equipo del sitio apunta que la muestra temporaria Ser mujeres en la ESMA dialoga con esa aparte de la historia reciente de nuestro país que fue “omitida” de la lucha temprana por la memoria, la verdad y la justicia y luego, los primeros juicios de lesa humanidad.

Fuente: Página 12 - Por Ailín Bullentini

LAS OTRAS. ABORTO CLANDESTINO Y MATERNIDAD INFANTIL

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En Catamarca una joven falleció por un aborto clandestino, en Chaco una adolescente de 14 años parió un bebé resultado de una violación. ¿Quiénes son las Otras que aún en este siglo siguen viviendo en la precariedad absoluta?

I

Dicen los titulares en los diarios:



“Otra víctima de la clandestinidad”
“Otra nena violada”
“Otra persona obligada a parir”
“Otra muerte anunciada”



Otra vez la misma nota que se parece tanto a otra nota, que se parece tanto a aquella otra piba que también 
se murió.



En la clandestinidad la puesta en escena de la tragedia es un loop.

8M intervención del grupo “Impacto teatral”Fotos: Irina Lavallena

II

Esta semana se cumplieron siete años del fallo FAL, a partir del cual la Corte Suprema de Justicia exhortó al Estado Nacional, a las provincias y a la Ciudad de Buenos Aires a implementar y hacer que se cumplan protocolos hospitalarios para quitar los obstáculos que limitan o impiden que las personas accedan a su derecho a la interrupción legal del embarazo.

Sin embargo, la realidad no es tal: al día de hoy, 4 provincias argentinas no tienen protocolos ni adhieren al del Estado Nacional. Día a día el sistema de salud argentino, nos llena de noticias y de nombres de mujeres y niñas que deben elegir entre ser obligadas a parir o morir en el intento.

En Chaco una adolescente de 14 años dio a luz un bebé resultado de una violación. Ambos debieron someterse a un tratamiento de Mal de Chagas. A los 11 años ella había sido entregada a un hombre de 59 a cambio de una moto. Luego de tener al bebé, pidió no quedar a cargo de su padre alcohólico.

En Catamarca, una joven de 30 años falleció por una infección generalizada que se inició a partir de un intento de aborto clandestino. Vivía en un pequeño pueblo de 300 habitantes, tenía dos hijes. Sus amigas sabían que intentó abortar, pero no lo sabía su familia.

En Tucumán, una niña de 11 años violada y embarazada solicitó la interrupción legal de su embarazo. El Estado dilató la intervención para finalmente decidir realizarle una cesárea a la semana 23 de gestación. A los pocos días, la bebé muere.

Aparece entonces -entre la rabia- la pregunta por esas personas cuyas vidas están expuestas a la máxima vulnerabilidad posible. Sus cuerpos son forzados a atravesar cualquier límite y optar por meterse una rama de perejil en sus vientres, aunque las lleve a la muerte con tal de haber decidido en su vida por lo menos algo.

Nos preguntamos por esas “Otras” que aún en este siglo siguen viviendo en la precariedad absoluta y sufren a diario la imposibilidad de pensar siquiera en exigir su legítimo derecho a la vida.

¿Quiénes son las Otras? ¿Dónde están? ¿Qué lugar ocupan en nuestros medios, en nuestras notas, en nuestras organizaciones, en nuestras movilizaciones? ¿En qué se parecen las Otras a las pibas que posan con glitter verde en la cara para las fotos que llenan nuestras redes sociales? ¿En qué se parecen las Otras a nosotras?

III



Simone De Beauvoir plantea en El segundo sexo que las mujeres somos lo Otro en la Historia; que toda la historia de la humanidad está escrita y protagonizada por varones. Y las mujeres quedamos por fuera, en los márgenes, en las sombras de los relatos, de las grandes hazañas, de la guerra, el arte y la ciencia. Las cosas cambiaron mucho desde 1949. Ahora hay mujeres y (en menor medida) identidades disidentes en la ciencia, en las artes, en las fuerzas coercitivas del Estado. Sus historias comienzan a tomar protagonismo e incluso los discursos sobre equidad de género son un ítem obligado en la agenda política actual. Sin embargo, sigue quedando lugar para sombras. Siguen invisibilizándose relatos. Ahora, las Otras son las pobres.

IV



El intelectual italiano Giorgio Agamben habla del homo sacer: la figura del derecho por la cual, aunque sea ilegal quitarle la vida a las personas, hay veces que cuando esto sucede, no hay pena para quien comete el acto.

Es decir, vidas cuyos asesinatos son legítimos. Por su parte, Judith Butler refiere a la distribución desigual del derecho a duelo, da cuenta de  “aquellxs cuyas vidas no se ‘consideran’ susceptibles de ser lloradas, y por ende de ser valiosas, están hechxs para soportar la carga del hambre, del infraempleo, de la desenmancipacion jurídica y de la exposición diferencial a la violencia y la muerte”.



Bajo este paradigma: ¿Qué hace que una vida sea valiosa? ¿Qué hace que una vida no sea una cosa? Quizás la imposibilidad de vender ese cuerpo a cambio de una moto, la imposibilidad de violar ese cuerpo, la imposibilidad de forzar a ese cuerpo a gestar y parir… Esas atribuciones podrían servirnos como primer esbozo para pensar qué hace la diferencia entre lo humano y lo inhumano.

Las pibas pobres, trans, negras, niñas y originarias, quedan -sin dudas y con dolor- del otro lado de la frontera. Del lado de la violencia sistemática. Del lado de la compra y venta de cuerpos. Del lado de la hipocresía política y la vulneración estatal. Del lado de lo invisible. Son las Otras y se acumulan, se apilan sus iniciales en los titulares de los diarios. 
Las pibas pobres, negras, trans, travas y originarias quedan del lado del genocidio silencioso.

Fuente: El grito del Sur - Por Roma Barrientos.

MUJERES EN DICTADURA; EL TERRORISMO DE ESTADO SOBRE NUESTROS CUERPOS

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En el marco de los juicios por lesa humanidad llevados a cabo en el país, creemos necesario mirar con perspectiva de género los hechos que sucedieron en la última dictadura.
Según el Informe Nacional sobre Desaparición de Personas, el 33% del total de los desaparecidos y desaparecidas entre 1976 y 1983, fueron mujeres. A partir de los testimonios de las sobrevivientes, sabemos que existía una violencia específica hacia ellas. Fue sistemática, planificada y aplicada en casi todas las detenidas, en los diversos Centros Clandestinos de Detención (CCD) del país.

Torturas especializadas
En los CCD todos los maltratos estaban permitidos tanto para varones como para mujeres. Denigración, golpes, picana, submarino, violaciones, desnudez obligatoria. En el caso específico de las mujeres, además de todas las anteriores, incluían otros métodos. Por ejemplo, introducían objetos en las vaginas, cuando menstruaban no tenían acceso a protección, eran manoseadas por los torturadores, entre otras.

Además, como parte del plan de exterminio y desaparición, las mujeres embarazadas recibían los mismos tipos de vejaciones que todos. Los partos y nacimientos en cautiverio ocurrían incluso dentro de los CCD que contaban con salas especiales para ello. De hecho, muchas denunciaron que las torturas les produjeron abortos. Otras, que las condiciones de salud, higiene y limpieza eran pésimas. En muchos casos, a los siete meses de embarazo, aproximadamente, les inducían el parto, que en general eran cesáreas. Además de médicos, uniformados y civiles armados presenciaban los nacimientos. En otros casos, las detenidas empezaban el trabajo de parto y no recibían asistencia médica sino de sus mismas compañeras detenidas. Muchas veces se obligaba a las mujeres que acababan de parir, a limpiar el lugar donde habían dado a luz.

A todos estos métodos de tortura, se sumaba la incertidumbre sobre sus vidas y las de sus hijos, si iban a quedar juntos o si iban a ser liberados. Otra práctica común, era hacer que la detenida escribieran una carta para sus parientes, a quienes se la iban a entregar junto con sus hijos. Pero esto casi nunca ocurrió. Cientos de bebés expropiados fueron arrancados de los brazos de sus madres al momento del parto. De la mayoría de ellos, todavía no se conoce el paradero.

Lo que se calla
Sonderéguer, coordinadora de la investigación Análisis de la relación entre violencia sexual, tortura y violación a los derechos humanos, publicado por la Universidad Nacional de Quilmes, indica que el castigo de la dictadura hacia las mujeres era no sólo por “subversivas”, sino también por ir en contra de lo que la sociedad patriarcal esperaba de ellas por ser mujeres.

Según la investigadora María Sonderéguer, las mujeres que fueron víctimas de la última dictadura militar en Argentina, sufrieron un doble castigo: Por militantes y por transgredir el orden machista establecido.
Sonderéguer señala que el silencio respecto de la violencia específica sobre las mujeres en la última dictadura se relaciona con dos razones. Por un lado “es una cuestión postergada” y por otro, “su tratamiento pone en discusión el orden sociocultural actual y no sólo el del contexto del terrorismo de Estado”. Al respecto también apunta que la impunidad con la que se ejecutó la violencia sexual durante el terrorismo de Estado “pone de manifiesto todos los prejuicios sexistas que subyacen aún hoy en la valoración de los delitos sexuales”.

Desde el año 2000 la Corte Penal Internacional considera delito de “lesa humanidad” a las violaciones, la esclavitud sexual, la trata, la esterilización forzada y los abusos sexuales cometidos dentro de un plan sistemático contra una población civil.

En Argentina, recién en 2010, este tipo de delitos cometidos sistemáticamente por los represores durante la última dictadura militar, pasaron a ser considerados de lesa humanidad.

Nos gustaría agradecerle a esas mujeres, a esas madres, abuelas e hijas que han puesto el cuerpo y el alma, que nos han legado la lucha, la resistencia, la fuerza y la convicción para torcer lo dado, para pelear en contra de lo terrible y lo injusto. Nos han enseñados a pararnos firmes ante las atrocidades del poder y el Estado patriarcal. Hemos aprendido que a veces podemos cansarnos, pero nunca rendirnos y que todas juntas somos invencibles. Gracias.
En Córdoba
En la Megacausa La Perla/La Ribera sí se juzgaron los delitos sexuales como delitos de Lesa Humanidad, tratados como tales y no simplemente bajo la figura legal de tormentos. Hubo siete condenas por abuso deshonesto, figura jurídica que que se refiere a actos sexuales que atentan contra la libertad sexual y no necesariamente llegan a la penetración. También los militares fueron juzgados y condenados por primera vez en Córdoba, por el robo de bebés.

La violencia que se ejerció en esos años sobre el cuerpo de las mujeres, no se puede igualar a otras. Su particularidad radica en que es consecuencia también, de una estructura de poder machista que se repite hasta la actualidad con diferentes caras. Esta mirada hacia el pasado y hacia los crímenes de lesa humanidad cometidos sobre mujeres, aporta a la reparación del daño como sociedad, a los procesos de justicia y a la construcción de una memoria colectiva que repudie el terrorismo de Estado.

También afirmamos que es imprescindible seguir analizando así la relación entre mujeres y Estado para poder problematizar y transformar las violencias que son ejercidas cotidianamente sobre nuestros cuerpos. Cada vez que en un hospital nos niegan la posibilidad de un parto respetado, cada vez que un policía no nos permite amamantar en la calle, cada vez que un funcionario público es miembro de una red de trata, entre múltiples ejemplos de situaciones que vivimos a diario.

Nos gustaría agradecerle a esas mujeres, a esas madres, abuelas e hijas que han puesto el cuerpo y el alma, que nos han legado la lucha, la resistencia, la fuerza y la convicción para torcer lo dado, para pelear en contra de lo terrible y lo injusto. Nos han enseñados a pararnos firmes ante las atrocidades del poder y el Estado patriarcal. Hemos aprendido que a veces podemos cansarnos, pero nunca rendirnos y que todas juntas somos invencibles. Gracias.

 Fuente: Latinta

PRESENTAN ANTE EL CONGRESO UN PROYECTO DE LEY DE EMERGENCIA POR VIOLENCIA DE GÉNERO

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La organización MuMaLá enviará este miércoles al recinto un documento que cuenta con más de 70 mil firmas. Registraron 72 víctimas en los primeros meses del año. ¿Cuáles son los principales puntos del proyecto?
Con el aval de más de 70 mil firmas y de varios diputados de la oposición, la organización feminista “Mujeres de la Matria Latinoamericana” (MuMaLá) presenta este miércoles un proyecto para que el Congreso Nacional sancione la ley de Emergencia Nacional por la violencia de género -que denominaron "Ley de Emergencia Ni una Menos".




Victoria Aguirre, coordinadora de MuMaLá explicó a minutouno.com que no es la primera vez que desde la organización se pide la emergencia en violencia de género, pero que según las estadísticas de su "Observatorio Ni Una Menos" en lo que va del año hubo 72 femicidios.

"Vemos que en los últimos 4 años se sigue matando una mujer cada 30 horas y en algunos meses que se convierten a 24 horas. Este año se recrudeció mucho. Lamentablemente es posible que terminemos con mucho más femicidios que los anteriores", aseguró.

Desde la organización buscan que el proyecto se trate este jueves en una sesión especial que se convocó la última semana en Diputados.

Los principales puntos de la Ley:

*Aumento del presupuesto

Aguirre explicó que la emergencia impacta claramente sobre el presupuesto votado para este año. "Necesitamos que se refuerce el presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres (INAM). Este año se votó que se destine sólo $11, 36 por mujer para erradicar la violencia machista y no alcanza, es un monto irrisorio", dijo.

En el proyecto piden además que se haga una reasignación mínima de un 10% más por provincia para combatir la violencia de género a nivel nacional. Manifestó que pese a que “algunas provincias han hecho algún avance, necesitamos que sea a nivel nacional, si queremos que la desigualdad desaparezca”.

*Desarme de los agentes de las fuerzas de seguridad imputados en casos de violencia de género

Según los datos del Observatorio, el 36% de los femicidios se dan con armas de fuego. Debido a ello, el proyecto propone que los efectivos policiales, militares o de las fuerzas de seguridad en general que son denunciados por violencia de género no vayan a su casa con las armas reglamentarias."Necesitamos saber que pasó con la ley de desarme y que se aplique, así como impulsar Protocolos provinciales", destacó Aguirre.

También proponen la "aplicación urgente de dispositivos electrónicos para agresores sexuales y agresores que incumplen medidas judiciales"para que las víctimas dejen de convivir con sus agresores y no vuelvan a sufrir agresiones.

*Asignación para Víctimas de Violencia

El proyecto contempla una asignación equivalente a un salario mínimo para que las víctimas puedan salir de el entorno de violencia. Aguirre comentó que piden que haya más refugios para las mujeres porque "hay pocos y no dan abasto" y luego las que se las ayude a reinsertarse en la sociedad.

"Pedimos que el estado garantice que la persona que denuncia violencia de género tenga un lugar a donde ir porque en la mayoría de los casos le toman la denuncia y deben volver a su casa. Muchas veces las mujeres están atadas económicamente y no tienen forma de salir de ese círculo. Hay que brindarles la posibilidad de un trabajo o una asignación por un corto plazo", planteó la militante feminista.

* Implementación de la “Ley Micaela”

El proyecto de emergencia plantea urgente la formación obligatoria con perspectiva de género para efectores judiciales, de salud, educación y seguridad.

Aguirre consideró que en los últimos meses hubo "fallos de distintas localidades totalmente misoginos. El caso de Lucia Pérez fue el emblemático para que se considere impresindible cambiar las estructuras obsoletas".

Fuente: Minuto Uno - Por: Laura Guarinoni

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OIT: NUEVO CONVENIO Y RECOMENDACIÓN PARA LA VIOLENCIA Y EL ACOSO EN EL ÁMBITO LABORAL

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La Conferencia Internacional del Trabajo del centenario adoptó un nuevo Convenio y una nueva Recomendación para hacer frente a las situaciones de violencia y acoso en el lugar de trabajo.





GINEBRA (OIT Noticias) – La Conferencia Internacional del Trabajo  (CIT) adoptó hoy un nuevo Convenio y una Recomendación complementaria para enfrentar la violencia y el acoso en el lugar de trabajo. 

El Convenio sobre violencia y acoso, 2019, y la Recomendación sobre violencia y acoso, 2019 , fueron adoptados por los delegados en el último día de la Conferencia Internacional del Trabajo del Centenario, celebrada en Ginebra. Se emitieron 439 votos a favor de la aprobación del Convenio y 7 en contra, y se produjeron 30 abstenciones. La Recomendación se aprobó con 397 votos a favor, 12 en contra y 44 abstenciones. 

En el Convenio se reconoce que la violencia y el acoso en el mundo del trabajo "pueden constituir un incumplimiento o una inobservancia de los derechos humanos... y poner en riesgo la igualdad de oportunidades, y que son inaceptables para lograr un trabajo decente, e incompatibles con este". La "violencia y el acoso" se definen como comportamientos, acciones o amenazas "que tengan por objeto, que causen o sean suceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico". Por otro lado, se recuerda a los Estados Miembros que tienen la responsabilidad de promover un "entorno general de tolerancia cero". 

El objetivo de la nueva norma internacional del trabajo es proteger a trabajadores y empleados, con independencia de su situación contractual, incluidas las personas que realicen actividades de capacitación, pasantías y formación profesional, los trabajadores cuyo contrato se haya rescindido, las personas que realicen labores de voluntariado o busquen trabajo, y los solicitantes de empleo. En virtud de la norma se reconoce que "individuos que ejercen la autoridad, las funciones o las responsabilidades de un empleador" también pueden ser objeto de casos de violencia y acoso. 

“En el marco de las nuevas normas se reconoce el derecho de todas las personas a un entorno laboral exento de violencia y de acoso."

Guy Ryder, Director General de la OIT
La norma abarca la violencia y el acoso en el ámbito laboral; los lugares en los que se remunere a un trabajador, realice recesos en el trabajo para descansar o comer, o use instalaciones sanitarias, de lavado o de cambio de indumentaria; viajes, desplazamientos, programas de formación, eventos o actividades sociales de índole profesional; comunicaciones relacionadas con el trabajo (en particular mediante tecnologías de la información y la comunicación), lugares de alojamiento proporcionados por el empleador; y los desplazamientos desde y hasta el lugar de trabajo. La norma reconoce asimismo que en los casos de violencia y acoso pueden participar terceros. 

Guy Ryder, Director General de la OIT, acogió con satisfacción la aprobación de dicha norma. Señaló que “en el marco de las nuevas normas se reconoce el derecho de todas las personas a un entorno laboral exento de violencia y de acoso". Y añadió: "La siguiente etapa consistirá en la aplicación de esas medidas de protección, con objeto de fomentar un entorno laboral mejor, más seguro y decente para mujeres y hombres. Estoy convencido de que, habida cuenta de la cooperación y la solidaridad que hemos constatado al respecto, y el interés público manifiesto en la adopción de medidas, se producirá una ratificación de forma rápida y generalizada para que se lleven a cabo las acciones pertinentes". 

La Directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad (Workquality) de la OIT, Manuela Tomei, comentó que "sin respeto, no hay dignidad en el trabajo y, sin dignidad, no hay justicia social. Es la primera ocasión en la que se adoptan un Convenio y una Recomendación sobre violencia y acoso en el mundo del trabajo. Ello nos ha permitido consensuar una definición de la violencia y del acoso. Sabemos las medidas que hay que aplicar para evitar y abordar este problema, y quién debe adoptarlas. Esperamos que las nuevas normas contribuyan a forjar el futuro del trabajo que todos anhelamos". 

El Convenio entrará en vigor 12 meses después de que dos Estados miembros lo hayan ratificado. La Recomendación, que no es jurídicamente vinculante, proporciona directrices sobre el modo de aplicar el Convenio. 

Este es el primer nuevo Convenio que aprueba la Conferencia Internacional del Trabajo desde 2011, año en que se adoptó el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, 2011 (núm. 189) . Los convenios son instrumentos internacionales jurídicamente vinculantes, al tiempo que las recomendaciones proporcionan asesoramiento y orientación. 

La OIT, el organismo de las Naciones Unidas encargado de las cuestiones relativas al mundo del trabajo, conmemora su centenario en 2019 . 

La Conferencia del centenario , que fue la 108ª Reunión de la Conferencia, contó con la participación de más de 5.700 delegados, en representación de gobiernos, trabajadores y empleadores de los 187 Estados Miembros de la OIT. Se espera que la Conferencia adopte una histórica Declaración del Centenario de la OIT, en la que se haga hincapié en un enfoque centrado en el ser humano con respecto al futuro del trabajo. 

Fuente: OIT

RECUPERAMOS NUESTRO BLOG!!!

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A nuestrxs seguidorxs: luego de un tiempo prolongado hemos recuperado el blog. Pedimos disculpas y a seguir creciendo y difundiendo noticias "Por una vida...sin violencias"

ARGENTINA: VOTAR EN CLAVE FEMINISTA

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Título original: Votar violeta

En las redes sociales la campaña Feministas en las listas pide que la paridad sea real y que haya candidatas en lugares de relevancia que impulsen cambios imprescindibles como el aborto legal, el cupo trans y la jubilación para amas de casa. Antes del cupo las mujeres eran solo el 4 por ciento. Ahora diputadas de todos los partidos piden mayor participación y relevancia en los armados electores, superar la paridad y también recuerdan la aprobación a través de alianzas multipartidarias y con una vocación salvaje del cupo que impulsó los cambios de género en las normas de Argentina.




En 1983, con el regreso de la democracia, se volvió a votar, pero eso alcanzó para que apenas el 4,3 por ciento de lxs representantes en el Congreso de la Nación sean mujeres. En 1995 la lucha de las políticas empujó las bancas a un 14,7 por ciento, según el monitoreo de “Participación política de las mujeres”, del Proyecto Generar. Pero el salto no se dio modus propio sino por el logro del cupo femenino (fruto de la lucha multipartidaria de feministas de distintos bloques y partidos) para que las mujeres ocuparan un lugar. La ley 24.012 fue sancionada el 6 de noviembre de 1991. En ese año había un 5,4 por ciento de legisladoras en la Cámara de Diputados. En el 2017 el avance forzado por la obligación de generar igualdad llego al 39 por ciento. Ahora, en el 2019, después de saltar del cupo a la paridad; después de las movilizaciones masivas por Ni Una Menos; por los Paros Internacionales Feministas; contra el fallo machista por la muerte de Lucía Pérez y por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito la política parece desoír que el reclamo no es solo figurativo. Por eso, en las redes sociales se reclama con el hashtag #feministasEnLasListas. 


Sin lugar a duda, los avances no derraman, no llueven, no se dan como un regalo. Y no dejan de generar resistencias. El cupo trajo muchos avances. Sin duda, sin ese porcentaje de diputadas no se hubiera avanzado como se avanzó contra la violencia machista, los derechos laborales y la salud sexual: en treinta años se crearon más de cuarenta leyes por la equidad de género. Las alianzas feministas tejieron redes de sororidad entre diputadas que no se preguntaban el partido, sino que sabían que eran ninguneadas entre sus filas y generaban estrategias para meter proyectos a medianoche, firmas conjuntas, avances entre discursos firmes y una pelea multipartidaria que dio sus frutos. 

Antes del cupo las mujeres no podían usar pastillas anticonceptivas si no tenían plata para pagarlas. Hasta que en el 2002 se aprobó la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable. Antes del cupo las mujeres y personas gestantes no podían pedir ni elegir a su acompañantx en el parto ni exigir que se respeten sus tiempos. Hasta que en el 2004 se aprobó la Ley de Parto Humanizado. Antes del cupo no se podía hablar de sexualidad, de estereotipos de género ni promover el uso de preservativo en las escuelas. Hasta que en el 2006 se aprobó la Ley de Educación Sexual Integral. Antes del cupo si una chica desaparecía, la policía le decía a la mamá que se fuera a su casa a esperar 48 horas y que si estaba en otra provincia no podían buscarla. Hasta que en 2008 se sancionó la Ley de Trata. Antes del cupo si una mujer era violentada pero no tenía lesiones no era considerado violencia de género. Hasta que en el 2009 se aprobó la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia Hacía las Mujeres. Antes del cupo las parejas de gays, lesbianas o trans no eran reconocidas por la ley. Hasta que en el 2010 se aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario. Antes del cupo si una mujer violada era obligada a casarse con el violador el agresor se salvaba de la cárcel. Hasta que en el 2012 el avenimiento fue derogado. Antes del cupo solo podían acceder a tratamientos de fertilización asistida quienes podían pagarlo y podían comprobar una familia heterosexual. Antes del cupo a las travestis y trans las encerraba la policía y las llamaban en masculino. Hasta que en el 2012 se aprobó la Ley de Identidad de Género, una ley integral y de vanguardia. Hasta que en el 2013 se aprobó la Ley de Fertilización Asistida Igualitaria. Antes del cupo si un hombre le escribía por internet a una adolescente y la acosaba por las redes no era delito. Hasta que en el 2013 fue reconocido el grooming como delito. Antes del cupo si una mujer embarazada cuidaba a los hijxs de otras familias ella no podía quedar embarazada y contar con licencia por maternidad. Hasta que en 2014 se aprobó la Ley de Trabajadoras de Casas Particulares. Antes del cupo el ascenso de mujeres al poder legislativo era excepcional, un favor o un piso mínimo y a partir del cupo tuvo que ser del treinta por ciento. Hasta que en el 2017 se aprobó la ley #UNAyUNO de paridad de género en ámbitos de representación política. Hasta el cupo los hijos e hijas de víctimas de femicidio se quedaban sin su mamá y sin sostén para seguir sus vidas. Hasta que en el 2019 se aprobó la Ley Brisa y también la Ley Micaela (para capacitar a todxs los funcionarios públicos en perspectiva de género) y se le quitó el derecho a la responsabilidad parental a los femicidas. 

El ingreso de más feministas al Congreso de la Nación y del quiebre de la política de bloques por las alianzas transversales de género generaron muchos cambios. Por supuesto, en muchos casos hay más derechos que realidades y las leyes están plagadas de obstáculos o incumplimientos. En otros frentes hay un enorme backlash y retroceso conservador, fascista y neomachista (por parte de varones y mujeres). Y, por supuesto, faltan grandes deudas pendientes: la ley de aborto legal, seguro y gratuito; la ley de jubilación para amas de casa; la ley de política de cuidados; el cupo laboral trans y muchas otras. ¿Pero cómo se va a avanzar en las próximas conquistas, se va a garantizar que se cumpla con los derechos obtenidos y se van a frenar los retrocesos sin feministas en las listas?

“Hacen falta feministas en las listas para seguir trabajando por la igualdad real entre mujeres y varones, pero además candidatas que defiendan proyectos de igualdad en lo económico, en la igualdad de derechos, candidatas feministas que defiendan la justicia social”, sostiene la diputada Cristina Álvarez Rodríguez, secretaria parlamentaria bloque FPV–PJ. Ella impulsa: “Hay que construir más feminismo en los partidos políticos, en las organizaciones sindicales, en los movimientos sociales porque no es fácil revertir tantos años de patriarcado. Claro que hoy tenemos un movimiento de mujeres fuerte y movilizado, que entre muchas otras cosas también ayudó a visibilizar esta problemática de la falta de representación en los lugares de poder, pero pese a esto y pese a los logros, esto no se va a cambiar de un día para el otro. 

La ex diputada Mara Brawer, Secretaria de la Mujer del PJ en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires analiza: “La presencia de feministas en las listas garantiza una perspectiva  de género en la toma de decisiones y en las leyes que se plantean porque rompe el binarismo y la jerarquía entre los géneros. Por esto es que las normas que beneficiaron la equidad de género siempre fueron producto de la lucha transversal de las parlamentarias”. Brawer cuestiona: “La Ley de Paridad prohíbe armar listas de sólo mujeres. De no ser así, dentro de un espacio político podríamos competir en las PASO con listas de feministas. Es decir, somos un gran movimiento que no puede tener expresión electoral. Este límite es algo así como decirle a los ecologistas que en sus listas no pueden ser todos ecologistas. Las mujeres no tuvimos el derecho a votar y durante setenta años siempre fuimos una minoría parlamentaria la Ley de Paridad debería regular que las mujeres seamos como mínimo el cincuenta por ciento de la lista pero sin poner ningún tope. Esto nos permitiría poder armar listas de feministas dentro de los espacios ideológicos afines y así poder expresar la representación de este gran movimiento. En este sentido, propondría que la paridad 1 y 1 de la actualidad recién entrara en vigencia en el 2051 cuando se cumplan los cien años del voto femenino”.

Por su parte, la diputada Victoria Donda, por SOMOS, apunta: “Para que la política crezca hasta ponerse a la altura de la sociedad reclamamos lugares estratégicos para las feministas en lugares donde se definen las políticas. Tenemos que terminar con la feminización de la pobreza e implementar políticas integrales de cuidado para terminar con la violencia machista. La mejor forma para lograrlo, como ya lo hicimos con la ley de cupos, es seguir luchando para que las listas las encabecen feministas”. 

“La condición de mujer no garantiza perspectiva de género. Necesitamos mujeres feministas para no sólo equipar derechos entre géneros, sino sobre todo para tener políticas que igualen a las mujeres que hoy están excluidas con las mujeres que ingresamos en la primera ola porque los derechos políticos deben ser posibles para todas. Hay una agenda por la equidad pendiente. Con (y por) la participación de las mujeres se han conseguido leyes como la ley de cupo y luego la ley de paridad. Pero también muchas otras que tienen que ver con la agenda de derechos sexuales y reproductivos y el derecho a llevar una vida sin violencias”, enfatiza la diputada Carla Carrizo (Evolución).

La lider estudiantil Ofelia Fernández quiere ser legiladora porteña porque, antes de los 25, no puede ser diputada, pero el poder tradicional la empuja afuera de la mesa y ella subió la apuesta para que no la dibujen de futuro sino que pueda escribir el presente de la marea verde: “Quiero ser candidata a legisladora porteña para que nunca más hablen por nosotras. Llegamos para quedarnos. #AhoraNosotras”, escribió en redes sociales. Las que buscan poder no son ambiciosas (y la ambición de cambio es una virtud). Son parte de una construcción que tiene que ser más horizontal que la mesa chica de los acuerdos de la vieja política pero que no puede desmerecer el rol de quienes puedan llegar a ocupar lugares de decisión. Por supuesto, no es que no hay mujeres, trans, pibas, pobres, lesbianas, no binaries, afros que puedan ocupar lugares, sino que se los corre de lugar o se desmerece su capacidad: “Estoy segura de que toda la gente que vive cuestionando mi capacidad no puede nombrarme ni cinco legisladores, mucho menos como hicieron para llegar ahí. Si lo supieran se darían cuenta de que están obsesionados con una pendeja no con cuidar el prestigio del sistema político”, desafió desde Twitter. 


Manuela Castañeira se enorgullece der ser la única pre candidata mujer a Presidenta por el Nuevo MAS. “Hay que ir más allá: nosotros decidimos que una feminista socialista encabece la lista. No es cuestión de integrarnos, sino de que nuestras demandas, como el aborto legal, sean parte del programa de los espacios. Y que se defiendan claramente en la campaña y si llegamos al gobierno. Lo bien que hicimos en esta definición: en el país del Ni una Menos y la marea verde soy la única mujer pre candidata a Presidenta”.

Por su parte la Doctora en Economía Mercedes D’Alessandro, e integrante de Economía femini(s)ta analiza: “Desde que empezaron las elecciones (provinciales) hasta ahora, solo una mujer ganó una gobernación (Río Negro) y otra perdió una (Tierra del Fuego). Habrá solo nueve gobernadoras en la historia de Argentina. Solo una de cada diez intendencias en el país está ocupada por una mujer. En los únicos lugares que ellas avanzan es en aquellos en que hay cupo. Pero aun así, cuando hay cuotas, se las ingenian para encabezar varones, poner mujeres de perfiles más sumisos o “de confianza” y postergar a aquellas “más conflictivas”. Creo que dentro del movimiento feminista hay grandes lideresas, que las luchas han sido trasversales y horizontales y que lamentablemente no se está canalizando esa experiencia en las elecciones 2019. El armado está lleno de roskas, baile de la silla, ya no se sabe quién salió de donde y por qué está donde esta”. 

La diputada (mandato cumplido) Marcela Durrieu (Frente Renovador) recuerda la alianza por el cupo: “Éramos solo el cinco por ciento de las mujeres en diputados y había solo tres senadoras. Un grupo de radicales habían presentado un proyecto de ley que no tenía chance de salir. Cuando estaba por perder estado parlamentario nos avisan para que las peronistas nos unamos. Armamos flor de quilombo para llevarla al recinto. Creíamos que se iban a tomar cinco minutos para decirnos que no. Les pedimos que no se fueran a medianoche las mujeres de las bandejas del Congreso. Cuando estaba todo en contra a las tres o cuatro de la mañana se dio vuelta la bancada peronista y los radicales se dieron cuenta que iban a quedar como el culo con las mujeres. Todo el tiempo dicen que las mujeres no sabemos, no queremos y no podemos. Pero nosotras éramos mucho más salvajes que la generación de ahora y finalmente logramos la ley”. 

Fuente: Página12 - Por Luciana Peker

CHACO: SE APLICÓ POR PRIMERA VEZ LA LEY [ 27206] DE RESPETO AL TIEMPO DE LA VÍCTIMA

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Se trata de la primera aplicación de la ley 27206, sancionada en 2015. La ley amplía el efecto de la Ley Piazza y dispone que la prescripción empieza a correr a partir del momento de la denuncia. El hombre había abusado de la hija de su entonces pareja, mientras quedaba a su cargo, entre 1992 y 1995, cuando la niña tenía entre 6 y 9 años. En 2017 pudo presentar la denuncia.


La justicia de Chaco condenó a 17 años de prisión a un hombre que abusó de su hijastra cuando ella tenía entre 6 y 9 años. Los hechos ocurrieron entre 1992 y 1995 pero la víctima recién pudo hacer la denuncia en 2017, tras 25 años de sufrimiento, crisis nerviosas, intentos de suicidio y dificultades para relacionarse. Con esta condena, Chaco se convirtió en la primera provincia en aplicar la ley nacional de “Respeto a los Tiempos de las Víctimas (27.206)”, sancionada en 2015. La nueva normativa establece que la prescripción de los delitos contra la integridad sexual y delitos de trata cometidos contra personas menores de 18 años --que según el Código Penal tienen una vigencia de 12 años-- comienza a computarse recién cuando se presenta la denuncia, independientemente del tiempo transcurrido desde los hechos.
Victoria (nombre ficticio para preservar su identidad) comenzó a ser abusada por su padrastro Miguel Ángel Frutos cuando apenas tenía 6 años. A los 11 recién cumplidos, tomó coraje y le contó el sufrimiento padecido durante 3 años a su mamá y sus hermanos (entonces de 14 y 15 años), aunque jamás les pudo dar detalles de lo ocurrido. En ese momento, uno de sus hermanos intentó hacer la denuncia pero en la comisaría le dijeron que ya había pasado mucho tiempo.

“Este tipo de crímenes son cometidos sin la presencia de testigos y el pacto de silencio es la característica típica de estos delitos. El niño siente la responsabilidad de las consecuencias de estos hechos, no puede procesar lo que ocurre, no entiende muy bien, esto genera un trauma que lleva al silencio, que cuando crece y encuentra las herramientas para poder romper ese silencio ya es tarde para la justicia”, dijo Leandro Ramírez, abogado de la querella.

Durante más de 25 años, Frutos gozó de impunidad mientras Victoria sufría de insomnio, problemas para relacionarse, cambios de humor, intentos de suicidio y dolor. “A mí Miguel me lastimó”, repetía cada vez que tenía una crisis nerviosa. Su mayor miedo era pensar dónde podría estar su agresor y cuántas otras víctimas habría dejado a lo largo de esos años.

Fue ese miedo el que, en 2017, la animó a realizar la denuncia: había identificado al agresor a través de las redes sociales y en ellas pudo ver que estaba en pareja con una mujer, madre de una niña de 5 años.

Como Frutos no se presentó a la citación judicial, la Jueza de Garantías Rosalía Beatriz Zózzoli y Roberto Villaba, de la fiscalía penal N°6, emitieron una orden de captura. Fue la propia Victoria, junto a su abogado, quien se encargó de buscar al acusado y dar con su paradero, ya que, según denunció entonces, Investigaciones Complejas no aportaba datos al caso ni daba con el agresor.

Luego de su detención, se dictó la prisión preventiva y la causa fue elevada a juicio. Tanto el Fiscal de Cámara, Jorge Fernando Gómez, como el abogado querellante, Leandro Ramírez, pidieron 16 años de prisión para el acusado.

Finalmente, el pasado 18 de junio, la Cámara Primera en lo Criminal de Resistencia, a cargo de la jueza Lucía Ester Martínez Casas, sentenció a 17 años de prisión por abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal agravado doblemente por el vínculo y por ser un menor de 18 años a Miguel Ángel Frutos, el padrastro de Victoria.

"Cuando me creyó el fiscal y llevó mi caso a juicio sentí un beso de la justicia a la infancia y el abrazo contenedor de la lucha de todas las sobrevivientes", dijo Victoria. “En particular, sentí el abrazo a mi propia niña que pedía ayuda desconsoladamente”, agregó la joven, que durante el proceso estuvo acompañada por la Red nacional y Provincial de sobrevivientes de Abuso Sexual en la Infancia (ASI), por la Campaña contra la prescripción, y por organizaciones feministas, organizaciones sociales y organizaciones políticas de la provincia.

Chaco se convirtió, con esta condena, en la primera provincia en aplicar la ley de “Respeto a los Tiempos de las Víctimas (27.206)”. La normativa sancionada en 2015, impulsada por la senadora Sigrid Kunath, introdujo una modificación sustancial en el Código Penal al ampliar los plazos de prescripción para los delitos contra la integridad sexual y delitos de trata cometidos contra víctimas menores de 18 años. Según establece la nueva ley, el plazo de prescripción del delito --que tiene una vigencia de 12 años-- comienza a correr recién cuando se presenta la denuncia, independientemente de la edad de la víctima y del tiempo transcurrido.

Esto modifica lo establecido en 2011 por la ley Piazza, que había sido presentada por el diseñador de modas Roberto Piazza también con el objetivo de ampliar los plazos de la prescripción. La ley Piazza ordenaba que la prescripción debía correr desde que el menor abusado cumpliera sus 18 años y no desde la fecha en que ocurrieron los abusos, como sucedía hasta 2011.

Fuente: Página 12 

UNA MIRADA AL CONVENIO DE LA OIT SOBRE VIOLENCIA Y ACOSO LABORAL

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Después de 4 años de trabajo, entre reuniones de expertas y expertos, informes de trabajo y reuniones de negociaciones tripartitas entre estados, representantes del sector empleador y representantes de los trabajadores y trabajadoras, el 21 de junio, en la 108 reunión, la OIT aprobó el Convenio Nº 190 y una recomendación sobre eliminación de la violencia y acoso en el mundo del trabajo.

Ambos instrumentos se dan luego de 8 años sin aprobarse ningún convenio por parte de la organización internacional, y seguramente el texto podría ser perfectible, pero en momentos como los actuales, de crisis económica global, precarización, flexibilización e informalidad de las condiciones de trabajo y feminización de la pobreza, es doblemente celebrable la definición de un convenio que reconoce: el derecho de las personas que trabajan a un ambiente laboral libre de violencia y acoso; que la violencia y el acoso por razones de género afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas; y las formas múltiples e interseccionales que adquiere la discriminación. Asimismo reafirma a la libertad de asociación sindical y a la negociación colectiva como principios y derechos fundamentales en el trabajo, conforme a los Convenios OIT Nº 87 y Nº 98.

El convenio entiende a la violencia y el acoso como un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, que causen o puedan causar un daño físico, psicológico, sexual o económico, reconociendo la violencia que se da por razón del sexo o género, o que afectan de manera desproporcionada a personas de un sexo o género determinado, incluyendo el acoso sexual.

Por otra parte es destacable la elección del término “mundo del trabajo” ya que permite incluir en su amparo a todas las personas que trabajan, cualquiera sea su situación contractual, incluyendo a las personas pasantes, aprendices, despedidas, voluntarias, en busca de empleo o postulantes a ellos, del sector público como del privado, de la economía formal e informal, de zonas urbanas o rurales, y en tanto la violencia o el acoso ocurran durante, en relación o como resultado del trabajo.

La sanción de este convenio obliga a los Estados a adoptar una legislación que defina y prohíba la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. El convenio involucra a todos los actores del mundo del trabajo y pone especial énfasis en la importancia de acciones concretas de prevención, sensibilización, orientación y reparación de la violencia.

En nuestro país, avanzar en la sanción de una ley nacional resulta urgente. La misma deberá abordar las especificidades que adquiere la violencia y la discriminación directa e indirecta que sufren las mujeres, las niñas, las lesbianas, las travestis y trans en el mundo del trabajo, desde una doble perspectiva: la propia por el género, identidad o expresión, y la que ocurre por la feminización de ciertos trabajos, donde se destaca el trabajo doméstico y de cuidados. Resulta necesario promover la mayor sindicalización de las trabajadoras de casas particulares, y mejorar sus condiciones de trabajo y salariales. Asimismo, la ley deberá enmarcarse en la ley de protección integral hacia las mujeres, la ley de identidad de género y las convenciones internacionales de CEDAW y Belén do Para, promoviendo mecanismos efectivos, eficaces y seguros para el cese de la violencia y el acoso, el sostenimiento del puesto de trabajo, el reconocimiento de licencias pagas por violencia y la reparación de las personas afectadas.

Para vislumbrar un mundo del trabajo más igualitario para las mujeres es indispensable promover una ley integral de cuidados, que redistribuya de manera equitativa las tareas domésticas y de cuidados al interior de los hogares y que corresponsabilice a todos los actores involucrados: familias, comunidad, Estado, sector empleador.

La centralidad de los sindicatos es indiscutible para motorizar los cambios. La paridad de género en la representación, la modificación de los instrumentos estatutarios, la promoción de protocolos de actuación para casos de violencia de género al interior de las organizaciones y la incorporación de cláusulas de igualdad de género y no discriminación a través de la negociación colectiva, son algunas de las acciones posibles. Sin dudas, el sindicalismo es con nosotras.

Fuente: APU - POR Florencia Losio*Abogada feminista.


ENFERMA LA DISTRIBUCIÓN DESIGUALDAD DEL TRABAJO DOMÉSTICO

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Título original; Ser ama de casa enferma.

Cómo impacta en la salud psíquica de las mujeres la dedicación de manera exclusiva a las tareas domésticas.
Un estudio de la UCA y la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires mostró que las mujeres que solo se dedican a las tareas del hogar tienen mayor propensión a la infelicidad, a experimentar síntomas de depresión y ansiedad y a tener un déficit de proyectos personales.



Limpiar la casa, planchar, cocinar y cuidar a los hijes no solo es un trabajo no pago, invisible y no reconocido. También tiene consecuencias en la salud psíquica. Y produce desdicha.
 Un estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA y la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires encontró que las mujeres del conurbano que lo realizan en forma exclusiva, es decir sin trabajar fuera del hogar, tienen mayor propensión a la infelicidad, a experimentar síntomas de depresión y ansiedad y a tener un déficit de proyectos personales; no pueden pensarse más allá del día a día.“Es un problema muy fuerte desde el punto de vista sanitario. No les tendrían que estar recomendando ansiolíticos; les tendrían que dar trabajo (pago)”, sintetizó Agustín Salvia, coordinador del informe y director de investigación del Programa Observatorio de la Deuda Social Argentina, al presentar los principales hallazgos del estudio “Empleo y trabajo no remunerado: Una mirada en profundidad sobe la distribución del trabajo no remunerado del Conurbano Bonaerense 2017-2018”, que entre otros ejes, refleja la “múltiples desigualdades” que enfrentan en particular las mujeres de los sectores más vulnerables: ellas tienen tasas de actividad y empleo menores que los varones, tasas más altas de desocupación, y mayor carga de trabajo doméstico y de cuidados. Pero si se suma el trabajo remunerado y el no remunerado, destacó Salvia, “las mujeres trabajan más que los varones. Y en el conurbano es mayor ese porcentaje que la media nacional”.Son “mujeres atrapadas en el espacio doméstico”, subraya Salvia.


El informe se basa en los resultados de una encuesta sobre una muestra de 1332 casos cada año. Como enfoque novedoso,revela la incidencia en el bienestar subjetivo de la población femenina, de la distribución desigual de las tareas del hogar. “Es un tipo de trabajo que no se ve y no se valora por el producto sino solo cuando está en ausencia, por lo tanto hace que esa trabajadora sienta que con ese trabajo no genera ningún tipo de valor ni de reconocimiento. La falta de valorización y de reconocimiento social y propio genera mucha infelicidad”, sintetizó Débora Tajer, doctora en Psicología, sanitarista, a cargo de la Cátedra de “Introducción a los Estudios de Género” de la Facultad de Psicología, consultada por PáginaI12.

El peso de la limpieza

El estudio revela que las mujeres del conurbano de 18 años y más tienen mayor carga de tareas domésticas intensivas y de cuidado que el conjunto de mujeres a nivel del total del país. Ellas hacen tres veces más trabajo no remunerado que sus pares varones. Y en ese grupo, las que más carga tienen son las de 35 a 59 años. Pero en la franja que más se amplía la brecha de género es entre las que tienen más de 60 años: en este grupo ellas participan 3,5 veces más que ellos en las tareas domésticas y de cuidado. Todas aquellas que trabajan en el mercado laboral, también lo hacen en el hogar: tienen doble jornada. En cambio, menos del doble de los varones ocupados, realiza tareas de limpieza en la casa y se dedica a cuidar a los chiques.

Otro dato que revela el estudio es que los jóvenes no se están involucrando más en las tareas domésticas y de cuidados: “Los varones más jóvenes realizan menos tareas no remuneradas”, indicó Salvia. “Esperábamos encontrar un cambio generacional. No lo encontramos. Seguramente porque los más jóvenes tiene a sus mamás que se hacen cargo de esas tareas”, arriesgó Salvia.

La investigación encontró que:

Las mujeres del conurbano bonaerense que se dedican exclusivamente a las tareas domésticas y de cuidado en el hogar expresan indicadores de malestar subjetivo, que llegan a triplicar a los que muestran aquellas que solo se ocupan en el mercado remunerado.
También tienen casi tres veces más déficit en la capacidad de tener proyectos personales que quienes tiene un empleo.
Y 4,7 veces más sentimiento de infelicidad que quienes sólo se ocupan en el mercado de trabajo.

Salvia apuntó a la falta de “reconocimiento económico y social” de las tareas domésticas y de cuidados como uno de los factores que probablemente incidan en el malestar subjetivo de las amas de casa.“Pareciera que es un estado psicológico pero en realidad es una condición social y tiene que ver con la distribución desigual de tareas domésticas. Descubrimos el papel curativo que tiene el trabajo remunerado”, señaló Salvia. Y destacó la importancia fundamental que ese trabajo invisible tiene en la reproducción económica y social. Medir su impacto “es un giro en la mirada de las estadísticas”, indicó.“Las tareas domésticas cumplen una función, son trabajo, tienen valor, producen un valor, aunque no se las remunere. Lo hace mayoritariamente las mujeres y eso queda oculto en las estadísticas sociales. Es un subsidio a la reproducción social, cuando las acusan de planeras”, observó. Es lo que vienen señalando hace décadas economistas feministas: con amor o sin amor, es trabajo. “No solo no es remunerado, sino que genera una mayor propensión a la infelicidad, a la depresión, a la ansiedad”, describió. Y agregó un dato más que surge del estudio: “El hecho de que se haga doble jornada no agrava la situación” porque el trabajo fuera del hogar funciona como “una vía de escape”, frente a tener que dedicarse exclusivamente a limpiar, cocinar y encargarse del cuidado de los hijos e hijas, y a veces otras personas de la familia, enfermas o dependientes por alguna discapacidad.

El estudio fue realizado en base a los datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), fue coordinado por Salvia y sus autoras son las investigadoras María Rosa Cicciari, Cecilia Tinoboras y Camila Weinmann.

Más pobres más vulnerables

Para el coordinador del informe y director de investigación del Programa Observatorio de la Deuda Social Argentina, los indicadores de malestar subjetivo de las amas de casa reflejan un cuadro “muy fuerte desde el punto de vista sanitario. No les tendrían que estar recomendando ansiolíticos sino trabajo (pago)”. La problemática se agudiza entre la población de sectores más vulnerables del conurbano. “Las más pobres enfrentan el problema de que no consiguen trabajo y si consiguen alguno, no tienen opción que quedarse en su casa (para hacer las tareas domésticas y de cuidados porque no pueden pagarle a otra persona, como si sucede en sectores más acomodados). Están explotadas por el mercado y por la necesidad. No tienen servicios públicos (que asuman el trabajo no remunerado que ellas hacen) ni su compañero las comparten”, describió Salvia. Y enfatizó que la situación “se agrava cuando hay crisis como ahora”. “Todo esto es un vacío que se viene acumulando (hace años) junto con el agravamiento de la pobreza (en la actualidad). La gente tiene menos plata para pagar un recurso”. Y en ese sentido, consideró imperioso que se implementen políticas públicas de cuidados, como se viene reclamando desde el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans, con más fuerza desde el Primer Paro Internacional de Mujeres, en 2017: “Podrían capacitarse jóvenes, varones y mujeres, que están desempleados a través de los propios programas de empleo gubernamental, y que se les pague por hacerse cargo de las tareas de cuidados en los barrios más vulnerables”, concluyó.

Los resultados del estudio fueron presentados por Salvia, Tinoboras, y el defensor del Pueblo de la provincia, Guido Lorenzino.

Valoración

PáginaI12 consultó sobre el malestar del ama de casa a Débora Tajer, doctora en Psicología, psicoanalista, sanitaria, y profesora a cargo la cátedra de “Introducción a los Estudios de Género”, de la Facultad de Psicología de la UBA. Tajer recordó que esta línea de investigación se empezó a trabajar entre la década del ’70 y ‘80, en estudios sobre salud mental con perspectiva de género. “Los primeros estudios que se hicieron en salud mental y mujeres, fueron en relación al llamado “nido vacío”. Una psiquiatra norteamericana planteó que las mujeres que tenían como único proyecto en su vida criar hijos, cuando ellos se iban, se deprimían, porque era como jubilarse, no tenía qué hacer. Hasta ese momento se decía que era la depresión por la menopausia, porque coincidía con esa etapa vital de las mujeres. Pero ya se empezó a trabajar el encierro, en el privado sentimentalizado por decirlo de alguna manera, la falta de conexión con otras mujeres, el trabajo repetitivo, que genera ansiedad, depresión y falta de valoración”, señaló Tajer.

–¿Por qué las tareas de cuidado y domésticas cuando se desarrollan en forma exclusiva provocan propensión a experimentar esos cuadros? –le preguntó este diario.

–La falta de valoración de las propias mujeres tiene que ver con que si bien en nuestra sociedad se incentiva para que las mujeres hagan las tareas domésticas, de cuidados, al mismo tiempo no se las valora: es decir, te incentivan a hacer un trabajo pero nadie te va a valorar por eso. Y además, es un tipo de trabajo que solo se ve cuando no está: si una casa está ordenada, limpia y hay comida, todo el mundo lo toma como que es la naturaleza, como si la comida creciese en la heladera y todo se autolimpiase. Solo se nota que alguien se ocupa de esa tarea cuando no hay comida o la casa está sucia. Entonces es un tipo de trabajo que no se ve y no se valora por el producto sino solo cuando está en ausencia, por lo tanto hace que esa trabajadora sienta que con ese trabajo no genera ningún tipo de valor ni de reconocimiento. La falta de valorización y de reconocimiento social y propio genera mucha infelicidad. Eso se revierte cuando tienen alguna tarea social o trabajo extra doméstico, aunque les paguen poco. Es increíble eso. Les da autonomía. Las hace arreglar. Alguien las mira, les dice algo, arman amistades y ese es un diferencial muy importante de felicidad e infelicidad.

Fuente: Página12 - Por Mariana Carbajal

OMS: RECONOCE EL BURNOUT COMO ENFERMEDAD PROFESIONAL

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido introducir definitivamente en su Clasificación Internacional de Enfermedades el desgaste profesional, conocido popularmente como el ‘síndrome del trabajador quemado’ o ‘burnout‘ en inglés, que resulta del estrés crónico y agotamiento en el lugar de trabajo.

El trastorno se caracteriza por tres dimensiones:

1. Sensación de cansancio extremo o agotamiento físico y emocional
2. Sentimientos negativos o cinismo con respecto al trabajo

3. Reducción de la eficacia profesional.

En España ya hace años que se reconoció esta enfermedad profesional

En una sentencia de 2005, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) reconocía el «síndrome del trabajador quemado» o «burnout» a una maestra de Barcelona, a la que confirmó su incapacidad permanente absoluta.

El colegio en el que trabajaba no veía clara la relación causal de su situación con su enfermedad.
Sin embargo el TSJC aclaró entonces que «este tipo de dolencias se gestan de una forma lenta y acumulativa» y «se relacionan directamente con el trabajo».
El tribunal definió esta dolencia laboral como «agotamiento físico, emocional y mental», motivado por «un proceso en el que se acumula un estrés excesivo por una desproporción entre la responsabilidad y la capacidad de recuperación» del empleado.

Síntomas del síndrome del trabajador quemado o burnout.

¿Siente agotamiento crónico en el lugar del trabajo que no sabe manejar con éxito? ¿Tiene una falta de energía extrema, aumento de la distancia mental respecto al trabajo y ha visto disminuir su eficacia profesional?

Usted está quemado y la OMS acaba de reconocerle como enfermo laboral: sufre el síndrome de ‘burnout‘. En la última asamblea de la Organización Mundial de la Salud, celebrada el pasado 25 de mayo, los expertos han acordado incluir por primera vez en la guía de enfermedades asociadas al empleo reconocidas el síndrome del ‘burnout‘ o síndrome del trabajador quemado.

Esta guía da cabida a 55.000 tipos de enfermedades o causas de muerte. La medida supone que constatar la existencia de este síndrome como enfermedad de cara a ampliar la investigación sobre sus efectos y ayudar a diseñar programas para dar una respuesta a quienes sufren sus síntomas. También se pretende unificar la fórmula con la que los profesionales de la salud se refieren a esta dolencia, inscrita bajo el código QD85.«El síndrome de burnout«, puntualiza la OMS, «se circunscribe al entorno laboral y no debe de servir para describir situaciones de estrés en otras áreas de la vida».

Desgaste profesional no surge súbitamente

«El desgaste profesional no surge súbitamente, sino que, por lo general se gesta en un periodo que varía entre 5 y 8 años de desgate continuo y estrés crónico en el contexto laboral. Suele afectar más a las personas muy comprometidas con su trabajo» Explican los representantes de la OMS, tras su 72º Asamblea Mundial de la Salud.

La OMS detalla que el perfil responsable de los afectados complica el alivio del trastorno puesto que los síntomas «llegan a generar sentimientos de culpa que llevan a la persona a implicarse aún más en el trabajo, causando más agotamiento y perpetuando así un círculo vicioso».

Fuente: Mobbing Madrid.

VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA FUERZA POLICIAL

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Título original: Mujer policía habría sufrido acoso por parte de un superior.

Otro caso de acoso en las fuerzas policiales tiene por estas horas a la policía en el ojo de la tormenta. Nuevo Día conoció  un nuevo caso y en esta ocasión se trata de una comisario que estría siendo objeto de hostigamiento por parte de un jefe inmediato superior.


Un caso testigo demuestra el machismo enraizado en la estructura policial. Una oficial denunció a su superior por presunto acoso sexual y hostigamiento y terminó sumariada por "exceso de carpetas médicas"

Las mujeres de la fuerza se fueron animando a contar sus casos y así se conocieron distintos hechos, que incluso llegaron a una denuncia por abuso sexual que dos efectivos realizaron contra de una compañera de trabajo.

Esta nueva situación no es el primer asunto  de este tipo que se conoce en la Policía de la provincia, pero no por eso deja de ser menor.

Protagonistas

Este nuevo caso que  sale a  la luz tiene como protagonista a una comisario  que denunció acoso sexual, laboral y hostigamiento de parte de un oficial con alto rango (Superintendente), según relató la mujer, quien pidió a Nuevo Día reserva de identidad porque el funcionamiento de la fuerza es tan perverso que ataca a quienes ventilan las cuestiones internas.

El caso ocurre desde hace varios meses y la mujer ahora se encuentra con carpeta médica, debido al estrés  laboral que se halla padeciendo.

La mujer añadió a su relato que el Jefe de la Policía de la provincia, José Luis Cortes, se halla en conocimiento de lo acontecido pero hasta el momento no ha brindado respuestas.

Sumario

Lamentablemente, y pese a estar en conocimiento la superioridad de la fuerza de este caso indignante, a la  comisario se le inició  un sumario administrativo por "exceso de carpetas médicas", sin siquiera tener en cuenta que media una denuncia directa que realizó la efectivo en contra de un superior y el mismo ni siquiera fue conminado a realizar un descargo. 

Fuente: Diario el nuevo día.

ARGENTINA: FEMICIDOS OCURRIDOS AL 30 DE JUNIO DEL 2019

" SOMOS LOS VARONES LOS QUE DEBERÍAMOS OCUPARNOS DE NUESTRAS PRÁCTICAS VIOLENTAS"

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“Somos los varones los que deberíamos ocuparnos de nuestras prácticas violentas”
por enriquestola
Entrevista con Enrique Stola, médico psiquiatra



Enrique Stola, es médico argentino, especialista en psicología clínica y psiquiatría. Hace años está dedicado al activismo en derechos humanos y derechos de las mujeres, algo que no teme en llamar, su activismo feminista. Stola acompañó como médico psiquiatra a Gabriel*, uno de los jóvenes víctima de abuso sexual por parte del Padre Grassi, sacerdote condenado a prisión por abuso sexual en Argentina. Estuvo en Ecuador para compartir una charla en el Seminario Internacional “Criminología y Mujeres” , un espacio que reunió a cientos de abogados y abogadas del país. Stola, habla de temas que pocos médicos quieren hablar: la violencia de género como un hecho cultural e histórico, el aborto como una decisión de libertad, el papel de la Iglesia en la dominación masculina, entre otros temas, que los explica en detalle con un apasionamiento joven que contrasta con su cabello totalmente blanco.



¿Tú te defines como feminista?

Sí, claro.

¿Puede ser un hombre feminista?

Sonríe ante la pregunta

— A ver, Diana Maffía , filosofa argentina feminista, dice que podemos describir la situación de las mujeres en todo el mundo y darnos cuenta de que están peor que los varones en todos los ítems. Eso se puede comprobar a través del método estadístico, algo que está comprobado­. Entonces se plantea un problema ético que eso no está bien y algo hay que hacer. El hacer es una respuesta política y eso es una visión de las mujeres, por lo tanto el feminismo es una respuesta política. No es que se tenga que ser mujer para ser feminista, si no que cualquier persona, mujer, miembro del movimiento LGBTQ puede ser feminista. Pero claro esto implica un trabajo muy fuerte en la propia autopercepción personal y estar las veinte y cuatro horas del día haciendo política feminista.

Quiero hacerle una comentario pero se adelanta. Es evidente que sabe lo que iba a decir.

— Yo entiendo perfectamente que muchísimas compañeras digan que los hombres no podemos ser feministas, yo eso no lo discuto. Digo, no lo discuto, porque entiendo que la dirección política de la liberación de las mujeres y de todo el movimiento LGTBIQ no lo podemos hacer los hombres. Nosotros podemos acompañar. Yo cuando doy talleres, en general, lo hago donde compañeras feministas no han estado o donde no hay grupos feministas, para que sea un aporte.

Yo entiendo perfectamente los cuestionamientos de las compañeras feministas, entiendo la rabia y el malestar que pueden tener con los varones, sobre todo porque también están apareciendo los varones con formación universitaria, con buen discurso y que adoptan tranquilamente este discurso feminista y que en realidad no lo son. Pero las compañeras saben diferenciar perfectamente un machirulo que se hace feminista y alguien que lo es.



Muchas veces, de forma errada, dicen que el feminismo es algo de “mujeres contra hombres”. ¿Qué piensas de esta afirmación?

Los feminismos no plantean la lucha contra el hombre, por lo general son los machirulos y las mujeres atravesadas por el machismo quienes dicen: “ah bueno, pero se oponen a los hombres, ellos son el enemigo”. También es cierto que hay muchísimos hombres que son activos machistas y activos representantes de la dominación masculina, esos hombres sí son parte del problema.

Justificar las actitudes de los hombres, o decir que la lucha feminista está contra los hombres, proviene por un lado de la mala fe de los hombres y por otro lado de la ignorancia. Hay varones que saben que esto no es así pero lo afirman, y hay otros que son ignorantes. ¿Qué quiero decir con esto?, los niveles de violencia hacia las mujeres y la cantidad de violencia que hay hacia las mujeres son múltiples: violencia obstétrica, simbólica, física, sexual, psicológica. Hay un nivel de violencia de género que es extrema, es aquella que mata. Y ¿qué dicen los tipos en general, los machos en general?: “ah no, nosotros no estamos de acuerdo, es que los violentos son enfermos, son alcohólicos, son de clase baja, son pobres”. En realidad, los violentos están en todas las clases sociales, los que ejercen violencia de género extrema están en todas las clases sociales y la mayoría de ellos no son enfermos, si no que se creen propietarios y quieren decidir qué hay que hacer con el cuerpo de la mujer y cómo manejar los tiempos de la mujer.

Entonces solo una pequeña cantidad de varones golpeadores son sociópatas o psicópatas, y los psicópatas aún no son enfermos, puede haber psicóticos que con medicamento se resuelve y pueden tener una vida normal. Por eso, hay que luchar contra ese tipo de mandato, porque lo que están diciendo estos machos es: “no las queremos lesionadas, no las queremos asesinadas, pero queremos que sigan subordinadas, que nos sigan sirviendo en la casa, que nos sigan atendiendo, que cuando tengamos ganas de tirárnoslas, cogerlas, follarlas estén a nuestra disposición y que abran las piernas y cuando queremos prostituir a una mujer, agarrarle y hacerle lo que queremos, tenemos derecho hacerlo. Entonces no las quieren muertas, ni lesionadas, sino subordinadas. Eso es la matriz patriarcal, y contra eso lucha lucha el feminismo.



¿En qué consiste esa matriz patriarcal?

La cuestión es que hay una estructura patriarcal, una matriz de dominación patriarcal que se viene deformando desde hace muchísimos siglos, en todo lo que es el área dominada por Occidente. En el 2.500 antes de Cristo, se detectaron tumbas donde los hombres ya aparecen con determinadas vestimentas que muestran las jefaturas y muestran las jerarquías que tenían.

El patriarcado es una matriz de dominación, matriz de todas las dominaciones existentes, que ha ido jerarquizando la diferencia. Luego ha generado dispositivos que no son conscientes. Uno de esos dispositivos es la dominación masculina que a través de todas las estructuras: leyes, economía, arquitectura etc, lo que hace es jerarquizar la diferencia entre varones y mujeres, para seguir reproduciéndola.

Es cierto que los hombres tenemos, como dice Rita Segato, el “Mandato de Masculinidad”, que nos dice que tenemos que ser “valientes, heterosexuales, machos, reprimir la afectividad”, y a la vez hay el mandato a las mujeres de ser “suaves, amables, comprender a los varones, sostener a los varones, atender el hogar”, todas esas idioteces que tanto sufrimiento le causa a las mujeres. Todo esto se fue complejizando con la institucionalización de las religiones. En nuestro caso la Iglesia Católica, a partir del Concilio del 325 después de Cristo, empieza a participar y toma el poder político. Desde ese momento la Iglesia Católica se constituyó como el referente patriarcal y de dominación masculina.

Los cuerpos de las mujeres están atravesadas por múltiples dominaciones, el de los hombres también, pero la dominación de género atraviesa el cuerpo de las mujeres, y todos los cuerpos feminizados, que es el movimiento LGTBQ.Yo estoy de acuerdo con Rita Segato en que no se debe confiar y la mujer no debe poner tanta esperanza en el Estado, por que los Estados son patriarcales también.



Tú dices que la violencia de género es un práctica cultural ¿Qué implica esto?

La matriz patriarcal y la dominación masculina ha hecho creer que la violencia de género es un problema de las mujeres y en realidad es un problema de los varones. Somos los varones los que deberíamos ocuparnos de nuestras prácticas violentas . Tenemos prácticas muy violentas, por ejemplo, definimos la política del mundo, manejamos la gestión de poder de las cosas principales en el mundo: comercio de armas, trata de personas, trata de personas con fines de explotación laboral y sexual, violaciones en masa, violaciones individuales, guerra.

La violencia es un problema de los varones, no de las mujeres. Los mensajes deberían ser dirigidos a los varones, pero ¿quién tiene el poder político, el poder religioso?: los machos. La Iglesia Católica es un grupo de machos dirigiendo con mentalidad de machos. Si ves cualquier institución religiosa o política, son machos dirigiendo. ¿Quiénes hoy emiten los mensajes? son los varones también.

Entonces la violencia no es problema de las mujeres, es un problema de los hombres. Las mujeres son víctimas, los niños son víctimas, el movimiento LGTBQ son víctimas, pero en este caso hay que diferenciar, ya que hay una cuestión de clase, porque hay sectores del movimiento gay que pertenece al gay capitalista y que son absolutamente explotadores del cuerpo de la mujer, por ejemplo, en el cuerpo de las mujeres pobres para tener hijos, con la llamada maternidad subrogada.

Por un lado, la violencia de género es una violencia instrumental, que obliga a mantener la dominación masculina y a mantener la jerarquía masculina, esto significa disciplinar los cuerpos de las mujeres y; por otro lado, como también dice Rita Segato, la violencia de género es también una violencia expresiva, que se expresa y nos muestra como machos y eso tiene que ver con el cumplimiento del mandato patriarcal.

Entonces si pensamos solamente que la violencia de género es solo la extrema –el feminicidio– entonces ya no hablamos de la dominación masculina, solo vemos el problema como el grupo de “loquitos que si reciben un poco de educación resuelven el tema”.

Hay respuestas fáciles a este problema, pero lo cierto es que la dominación masculina tiene siglos de experiencia y de expresión. En la época del feudalismo la dominación era masculina, cuando comienza el capitalismo la dominación es masculina, con el desarrollo del Estado, con los países socialistas, con el neoliberalismo la dominación es masculina, ósea hay una constante que se mantiene.

***



Enrique Stola durante la entrevista en su visita a Ecuador. Foto: Ana Acosta

La visita de Enrique Stola se da un mes y medio después de dos hechos que colocaron en la discusión pública de Ecuador la brutalidad de la violencia de género. El primero fue la violación grupal a Marta, por parte de su amigos; a semana seguida, el feminicidio de Diana Carolina, ocurrido frente a la Policía y varias personas que miraron y filmaron cómo su ex pareja la acuchillaba hasta matarla. La respuesta de la sociedad se expresó en marchas en varias ciudades del país, y en los medios de comunicación con la realización de programas y debates tratando de encontrar explicaciones a lo sucedido, muchos de estos desviaron el problema hacia un tema de “presencia de extranjeros venezolanos” –ya que el asesino de Diana es venezolano–, otros hablaron de la violencia de la sociedad, evitando profundizar en la violencia de género hacia las mujeres, como algo que tiene origen en el machismo.

Un panelista en un debate sobre violencia de género motivado por un periodista reconocido de Ecuador dijo que hay más hombres asesinados que feminicidios. Con este argumento decía que la violencia de género hacia las mujeres era exagerada y que se debía hablar de toda la violencia en general en la sociedad. Con este mismo argumento varios grupos expresaron que no se debe decir “ni una menos”, sino “nadie menos”. ¿Qué opinas de esto?

– Lo primero que me surge cuando escucho a estos tipos decir eso, es que son ignorantes y no los soporto. Lo que hacen estos machos es decir “estamos en contra de toda violencia, somos buenos, no queremos ninguna violencia”.

En realidad si uno quiere resolver una situación de violencia y tener una buena estrategia, tiene que hacer un buen diagnóstico, una buena caracterización de esa violencia. Uno no puede resolver una violencia armada política diciendo: “estamos en contra de toda la violencia”, hay que tener una estrategia política. Uno no puede resolver una violencia obstétrica diciendo estamos en contra de toda violencia, debemos ver los mecanismos de dominación en los lugares donde las mujeres van a parir. Si vemos la violencia en las escuelas, no podemos decir estamos en contra de la violencia, hay que hacer un análisis de la institución escolar para ver cómo se expresa la violencia social en la escuela. De la misma forma si hay violencia contra las mujeres tenemos que hacer un análisis de contexto para ver cómo se produce ese tipo de violencia.

Entonces la violencia de género, es violencia machista y está dirigida hacia las mujeres, porque hay una estructura social, económica y cultural que es gestionada por los varones y avala esta violencia contra las mujeres. Las mujeres no tienen en ningún lugar del mundo una estructura social, económica, política y cultural que avale su violencia contra los hombres. No existe esa matriz y nunca ha existido.

Los hombres son asesinados por otros hombres. Los hombres son los que deciden las guerras. Los hombres son violados por otros hombres, son castigados y torturados por otros hombres. La violación es una práctica sexual masculina avalada por la cultura . Se viola en manada, individualmente y se comparte con otro para que se de cuenta qué pasó con la mujer que fue violada. Es violada esa ama de casa que está encerrada en su casa, atendiendo a sus hijos, que es católica y está con su esposo súper católico que nunca se va a fijar si ella tiene deseos o no de tener relaciones, y cuando hay sexo sin deseo –aunque haya consentimiento– es violación. Repito cuando hay sexo sin deseo es violación.

Entonces la violación es una práctica sexual masculina, que no todos los hombres la practicamos pero que nuestra cultura la sostiene.



***



Enrique Stola, es uno de los médicos que participó activamente en el debate por el Aborto Legal en la Argentina, sus interés ha sido desmentir muchos de los argumentos de los grupos religiosos. Uno de ellos: el síndrome post aborto.



Quienes se oponen a la despenalización del aborto hablan de un “síndrome post aborto” que viven todas las mujeres que abortan. ¿Tú como médico puedes confirmar que este síndrome existe?

– Eso es mentira. Cuando hay sintomatología las producen ellos, hacen una presión ideológica tan fuerte, tan culpabilizante sobre las mujeres, que son ellos los que producen esto.

Cuando un embarazo no deseado concluye en un aborto, por que no es deseado y la mujer ejerce su libertad, no va a tener efectos psicológicos. No es cierto que el aborto en sí produzca efectos psicológicos negativos. Lo que produce efecto psicológicos negativos en las mujeres que quieren abortar es la represión y la terrible presión, por parte de grupos, instituciones o familiares. Si esa presión no existe, los efectos no existen.

La situación de aborto no es ninguna situación agradable, nadie va a un cirujano contento, pero los mayores efectos se dan por la presión social hacia la mujer.



Pero estos grupos han afirmado que es este síndrome está comprobado científicamente.

– No hay sustentos científicos para esto. Es como los que sostienen que solo hay hombre y mujer, que solo existe el binarismo y que no hay otras realidades. Esta gente es muy mentirosa, lo hemos visto en los debates por la despenalización del aborto en Argentina, esta gente miente permanentemente, falsean datos, son muy mentirosos. Así que es difícil discutir, porque no discute de buena fe, siempre están mintiendo.



En Ecuador hay cifras muy altas de violación sobre todo a niñas menores de 14 años y adolescentes, por lo que la Asamblea está discutiendo aumentar la causal violación para un aborto no punible. ¿Cuáles son los efectos de un embarazo que no consentiste, no deseaste?¿Cuáles son los efectos en la salud mental de una mujer un embarazo que no desea?

–Cuando se la obliga a la mujer a tener ese hijo lo vive terriblemente mal porque es una situación traumática, porque tiene que parir, por que muchas veces no está en condiciones psicológicas, ni económicas de sostenerlo, porque empieza a funcionar toda esa maquinaria ideológica que dice que si has parido tienes que ser una “buena madre”. Esa mujer siente que una parte de ella no quiere a ese hijo, que lo rechaza. Yo recuerdo una vez en Perú fui allí por una misión humanitaria y observé a una mujer con un chiquito y me sorprendió la distancia afectiva que había con su hijo. Las encargadas del área de derechos humanos me informaron que esa mujer había sido violada por las fuerzas gubernamentales y le habían obligado a tener un hijo, pero además, por tener un hijo producto de violación, había sido rechazada por su comunidad, por su familia. Así que fíjense la cantidad de castigos que recibe una mujer por quedar embarazada.

La mayor parte de estos machos violadores, que violan a las mujeres, no se hacen cargo de esos pibes , muy pocos reciben algún tipo de castigo y luego andan por la vida haciendo su vida, mientras las mujeres son las que sufren las múltiples calamidades.



Además de la judialización que impide que las mujeres aborten ¿Cuáles son las razones para que exista tanta oposición al aborto, por qué la sociedad condena a las mujeres que deciden abortar?

– La sociedad mira mal a las mujeres. Las mujeres están en el campo de la sospecha desde que los monoteísmos –las tres religiones monoteístas– dominan gran parte de la humanidad, y esto es entrelazado con las concepciones machistas.

Las mujeres siempre están en el campo de la sospecha y lo vemos cuando van a denunciar un abuso sexual que se ha producido contra sus hijos o hijas, y la carga de sospecha en el poder judicial es sobre la mujer. Lo vemos en las lecturas bíblicas, la mujer siempre está en el lugar de la sospecha y todo lo que haga la mujer puede ser cuestionado.

A partir del Concilio de Nicea , del año 325, la Iglesia Católica fue cada vez, reforzando el control sobre las mujeres. Este es un dato histórico, irrebatible, ningún cura pude decir que no es así. En esto está el castigo a la mujer por el placer sexual, si es que tiene relaciones, el castigo por las decisiones que puede tomar.

La condena social a las mujeres que deciden es producto de la misoginia que tiene el mundo. Contra esto, los feminismos están luchando. Cuando digo los feminismos, hablo del producto de las diferentes estrategias de acuerdo al marco cultural que se da en las mujeres para liberarse.



Otro tema de la despenalización del aborto es el tema del efecto que puede tener la sanción judicial ¿cuál es el efecto que tiene la sanción penal en la mente de las mujeres para tomar sus decisiones?

– No es cualquier mujer la penalizada por el aborto. Son las mujeres pobres o de clase media baja las penalizadas. Las mujeres ricas, de la burguesía del Ecuador, muy católicas y que también van a la marcha en contra del aborto, salen del país o se hacen el aborto aquí con buenos médicos y en buenas condiciones. Lo mismo pasa con las mujeres de la burguesía latinoamericana, que cruzan a otro país, se hacen el aborto y se acabó.

Entonces la penalización es para las mujeres pobres. Lo mismo que la condena a muerte por parte del Estado, porque aquí y en otros países latinoamericanos salvo en Uruguay, hay condena de muerte para las mujeres pobres que abortan en condiciones no adecuadas. Es un nivel de crueldad muy grande.

Por otro lado lo que pasan estas mujeres es un nivel estrés post traumático, depresión, se sienten culpables, son culpabilizadas por el vecindario, la comunidad. Es terrible cómo le hacen pagar a las mujeres que abortan o incluso que han tenido abortos espontáneos. Muchas veces tienen abortos espontáneos, no tienen ellas ningún control voluntario sobre el proceso de gestación, se produce el aborto espontáneo y son cuestionadas, judicializadas. Esa es la crueldad de los cristianos de hoy.



¿Qué implica el poder tomar una decisión para cambiar la estructura? ¿Cuál es el papel del aborto en el cambio de estructura patriarcal? ¿Por qué este tema es importante dentro de la lucha general?

– Cuando hay una ley que permite el divorcio en el matrimonio, las iglesias pierden control de cuerpos. Cuando hay una ley como, en el caso de Argentina, la Ley de Identidad de Género, donde la persona que pertenece al movimiento LGTBIQ puede cambiar su identidad, si no se siente de acuerdo con el cuerpo que tiene y necesita ser reconocido socialmente de otra forma, se presenta al registro civil, sin necesidad de hacerse operaciones, sin necesidad de pasar por el psicólogo o el psiquiatra, es ese derecho que la persona tiene para auto percibirse y que eso se exprese en un documento oficial. Cuando sale una ley como esa, la Iglesia pierde cuerpos y deja de controlar cuerpos y vidas.

Cuando el aborto es legal las mujeres tienen libertad para decidir sobre sus cuerpos. Es decir, que no es el Estado el que decide por ellas, las iglesias y la dominación masculina pierde el control del cuerpo de las mujeres. Por eso es tan importante y por eso se oponen tanto al aborto, porque tiene que ver con el control del cuerpo de las mujeres como elemento de reproducción de esta diferencia, de jerarquización, por un lado, pero también la mujer como fuerza productiva no solo de trabajo, si no también de seres humanos.

Henri Lefebre, filósofo francés, decía que todo proyecto revolucionario tiene que tener dos objetivos a los que no se puede renunciar, uno de ellos es: hay que reapropiarse del propio cuerpo. El cuerpo de las mujeres todavía hoy lo detenta el Estado y las iglesias. Reapropiarse del propio cuerpo, del propio espacio y hacer de ese espacio un lugar de placer y creo que eso están aportando los feminismos. En la medida que las mujeres se liberen, el movimiento LGTBIQ, todes, todas y todos vamos a ser más libres.

Fuente: LINK ORIGINAL: Wambra Radio - Por: Ana Acosta @yakuana

MÉXICO: FEMINIZACIÓN DE LAS DESAPARICIONES EN LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

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El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas inglés) expresó su preocupación por la feminización de las desapariciones en la niñez y adolescencia en México, prácticamente la mitad de los 5 mil 790 casos registrados son mujeres entre los 12 a 17 años de edad.

Este 11 de julio en la presentación del informe sobre el “Panorama estadístico de la violencia contra niñas, niños y adolescentes” el representante de Unicef en México, Christian Skoog, calificó como alarmante la desaparición de niñas y adolescentes en el país, ellas representan 6 de cada 10 casos que siguen sin ser resueltos.



A partir de información extraída del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPED) el Fondo para la Infancia indica que hasta finales de 2017 se encontraban en calidad de desaparecidas 5 mil 790 niñas, niños y adolescentes entre los 0 a 17 años de edad. Algunas de estas desapariciones están registradas desde 2010, es decir, hay niñez que lleva desaparecida casi 9 años.

Del total de desapariciones un 60 por ciento corresponde a mujeres y 40 por ciento a hombres; destaca que 47.3 por ciento del total de casos son niñas entre los 12 a 17 años de edad.

Christian Skoog indicó que la concentración geográfica de estos casos sobresale la región comprendida entre los estados de Tamaulipas y Nuevo León. La segunda aglomeración se extiende alrededor del Estado de México, Ciudad de México, Morelos y los municipios del norte de Guerrero.

El informe de Unicef tiene el propósito de brindar un panorama de la violencia que afecta a la población infantil y adolescente, sin embargo, concluye que no existe en México un registro estadístico efectivo que ofrezca una imagen clara e integral de este fenómeno.

Unicef logró reunir 16 fuentes de datos sobre distintos tipos de violencia que viven las niñas, niños y adolescentes, no obstante, la mayoría son escasos, están incompletos o se encuentran fragmentados entre diversas instituciones sin que sea posible dar seguimiento o contrastar los datos.

Al respecto México ha recibido recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño para adoptar medidas y mecanismos de supervisión y recopilación de datos acerca de distintas formas de violencia cometidas contra la niñez.

Específicamente ante el contexto de violencia el Comité ha destacado la urgencia de contar con datos desagregados sobre homicidios, casos de feminicidio, desapariciones, violencia sexual, explotación y abuso infantil, utilización en la pornografía, violencia en internet, niños y niñas que pudieron ser reclutados por el crimen organizado. Asimismo, de la niñez migrante, refugiados y desplazados.

En la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA) se prevé como principal proveedor de información al Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), así como al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF).

Sin embargo, existe por lo menos 16 instancias gubernamentales que generan datos al respecto, por lo que titular de Unicef observó que esto genera obstáculos para la obtención de información confiable, especialmente en lo que concierne a la coherencia entre las estadísticas.

En su informe Unicef también destaca que la información con la que se cuenta sobre la violencia contra la niñez y adolescencia es insuficiente para dar seguimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente los relacionados con promover la igualdad de género.

También faltan de datos sobre la situación de violencia que atraviesa el grupo etario de menos de 12 años de edad, ya que la mayoría de las estadísticas que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) recoge información a partir de la adolescencia.

Al respecto en la presentación del informe que se hizo en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHDF), Óscar Jaimes Bello, director de Desarrollo de Información Gubernamental del Inegi, se comprometió a trabajar en la generación de datos desagregados, más dijo, las estadísticas sobre la violencia en la niñez son unas de las que más recursos económicos requieren, además de personal especializado.

NIÑAS LAS MÁS VULNERABLES

A lo largo de la información que logró rescatar Unicef se observa la vulnerabilidad en la que se encuentran las niñas y mujeres adolescentes en el país.

Son las que afrontan más agresiones psicológicas y violencia sexual en diversos entornos, el hogar, escuela, comunidades, instituciones medias de comunicación e incluso con las más vulnerables a ser víctimas de ciberacoso.

Mientras los varones son más propensos a ser víctimas de homicidio y suelen ser disciplinados con castigos físicos u otras formas de disciplinas severas.

Fuente: CIMAX  noticias.

UNIVERSIDAD Y VIOLENCIA DE GÉNERO

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Si hay algo novedoso en materia de vida universitaria es la aparición de los protocolos para atender las violencias ejercidas especialmente contra las mujeres. La primera de las universidades públicas que obtuvo ese instrumento fue la del Comahue. Se trató de una conducta precursora que luego tuvo emulaciones. Pero nuestras universidades no manifestaban una acción articulada con referencia sinergial. Las reacciones contra las reiteradas formas de violencia, desde el menosprecio a las consuetudinarias reglas del acoso –cuando no otras gravísimas inconductas–, no habían suscitado una labor mancomunada.



En 2014, a raíz de una actividad a la que nos había convocado la Feria del Libro y frente a diversas manifestaciones y testimonios, surgió la necesidad de crear una red que posibilitara intervenciones consecuentes. En septiembre de 2015, en la sede de la UNSAM, finalmente tuvo lugar el encuentro con representaciones de la mayoría de las casas universitarias públicas. Muchas colegas decidieron entonces que debía hacerse un camino común y así se originó la Red Universitaria contra la violencia que fue incrementándose en estos años.

Pero había que darle un marco de completa visibilidad y reconocimiento institucional. Era imprescindible que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) admitiera que el flagelo de la violencia constituía el fenómeno más corriente y consuetudinario. Finalmente, el organismo decidió la creación de la Red Universitaria de Género (RUGE). Fue fundamental el papel jugado por las rectoras (un número absolutamente escaso), que se ha constituido en una firme argamasa para enfrentar el desquicio de la violencia.


Elogio de la dificultad

A raíz de la III Conferencia Regional de Educación Superior, coincidiendo con el Centenario de la Reforma el año pasado, la coordinación de RUGE declaró: “Invitamos a las autoridades allí reunidas a actualizar, desde una perspectiva feminista, el legado de aquel Manifiesto liminar con que la juventud universitaria inauguró un tiempo nuevo. Entendemos que recuperar el proceso de democratización de cara a los próximos años debe tener por uno de sus pilares la profundización de una visión más igualitaria de las relaciones entre géneros dentro de las universidades. Imaginar una universidad más libre y democrática tiene por objetivo insoslayable sostener la igualdad de género como principio rector de los vínculos que se dan en el seno de su comunidad”.

Algo nuevo está ocurriendo en el sistema universitario, más allá de la grave coyuntura que limita los recursos y que compromete la función de nuestras casas de altos estudios.

Dora Barrancos: Socióloga, historiadora y feminista. Directora de la Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades y de la Cátedra Abierta de Género y Sexualidades de la UNQ.

Fuente: Página 12

YA NO NOS CALLAMOS MÁS: CONDENA DE 22 AÑOS A CRISTIAN ALDANA

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Título original: Condenan a Cristian Aldana a 22 años de prisión.

Uno de los casos más emblemáticos del #YaNoNosCallamosMás cierra una etapa: hoy se conoció el veredicto condenatorio a Cristian Aldana en el Tribunal Oral N°25 de CABA. Una causa que marca un antes y un después para las pibas que fueron obligadas a silenciar abusos por parte de músicos durante tantos años.
Un año y dos meses después del inicio, llegó esta tarde el veredicto del Tribunal que juzgó a Cristian Aldana, ex-líder de la banda El Otro Yo, por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores.
De acuerdo a los jueces -Goerner, Bustos Lambert y Dieta de Herrero-, la pena será de 22 años.



El condenado cumple desde fines del año 2016 prisión preventiva en el penal de Marcos Paz, luego de que el juez de instrucción lo ordenara. Las denunciantes son siete, y estuvieron acompañadas a lo largo de todo el proceso por organismos especializados como la UFEM (Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres) y DOVIC (Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas): Las primeras denuncias que iniciaron esta causa se radicaron a principios de ese año, luego de que una oleada de denuncias públicas a varones músicos hiciera resurgir la discusión sobre las violencias en el ámbito del rock.
Sin embargo, la primera denuncia la había radicado Ariell Carolina muchos años antes, y había quedado archivada. Tenía 21 años. Fue a la Comisaría de la Mujer de Morón. La causa, después de muchas revictimizaciones por parte del sistema judicial, fue archivada y ella se fue del país. Con la potencia del encuentro con compañeras que habían pasado situaciones similares, la organización permitió que se juntara nuevamente el valor para relatar ante el sistema judicial las vivencias sobre las violencias que Cristian Aldana infligió durante tantos años en tantas niñas y adolescentes.
Al comenzar el juicio, en mayo de 2018, la abogada Gabriela Conder explicaba que la historia que ante el Tribunal se presentaba era “como si fuese realmente una masacre. Los números dan cuenta de la masividad del daño que produjo en las chicas. Se ven causas con muchas querellantes, como AMIA, Once, generalmente son masacres. Entonces ahí se demuestra cual es el daño que produjo en tantas menores.”.



A lo largo de los meses consecuentes, sucedieron muchas cosas: declararon ochenta y tres testigxs, Cristian Aldana recusó al Tribunal en varias ocasiones, su defensor Rodolfo Patiño fue apartado por faltar dos veces al juicio sin avisar, un fan de “El Otro Yo” dejó mensajes satánicos escritos en una remera tirada en la Sala, Aldana nombró a un nuevo defensor que renunció para irse de vacaciones a Europa, recusó a su propia defensora oficial y luego volvió y, finalmente, llegaron los alegatos.

Sebastián Da Vita, de la Defensoría, pidió 35 años por dos de los casos. Gabriela Cónder 20, por uno de ellos. Y en última instancia el fiscal Guillermo La Fuente solicitó 35 años por seis de los casos, pidiendo absolución por uno de ellos. En la instancia de alegato de la defensa se pidió nulidad del juicio, se desestimaron los testimonios de las denunciantes y, finalmente, se solicitó que en caso de recaer en pena, no fuera mayor a 25 años dada la edad del acusado.
La audiencia del día 12 de julio comenzó cerca del mediodía. Cristian Aldana pronunció sus últimas palabras, en las que ratificó que él se considera inocente y leyó un versículo de la biblia en el que insistió con que la justicia es, en verdad, injusticia. Su última exposición duró menos de media hora y al concluir solicitó no estar presente en la lectura del veredicto.

La audiencia se reanudó cerca de las 16 hs.  Como Aldana pidió no estar, sólo estarán sus dos defensores Robbio y Durand para escuchar el veredicto. Los jueces a sala llena dieron lectura al veredicto condenatorio. De acuerdo a lo allí establecido la condena será de 22 años de prisión y los fundamentos se leerán el 6 de septiembre.

Fuente: El grito del sur.

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